El silencio de la iglesia

2018-06-03 23:31:40

A 24 días exactos de que concluyan las campañas y a 28 días de la jornada electoral, ¿qué escenario observa para el 2 julio la iglesia en México, que por cierto ha mantenido un bajo perfil en este proceso y expectante frente a lo que sucede en este terreno?

A diferencia de hace seis años, hoy el clero mexicano ha evitado el protagonismo e, incluso, se extraña su voz ante la violencia que ha cobrado ya la vida de 105 políticos, entre ellos, 40 precandidatos o candidatos; ha decidido guardar silencio ante el avance en la preferencia ciudadana por Andrés Manuel López Obrador, se muestra indiferente ante el fracaso de Ricardo Anaya por encabezar una coalición que no ha sido capaz de levantar e ignora la posición que el partido en el gobierno, el PRI, ocupa en las encuestas con su tercer lugar.

En la segunda semana de abril los candidatos a la Presidencia de la República se reunieron con los obispos del país en el marco de su 105ª asamblea episcopal, y de lo ahí tratado nada o poco trascendió. Se ignora con qué sabor de boca se quedaron los prelados en su encuentro con Ricardo Anaya, José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y Margarita Zavala, pues Jaime Rodríguez El Bronco aún no era integrado a la lista de presidenciables.

“Nos fijamos más en lo político, en el hombre, en el ser humano como político y qué está dispuesto a proponer para un México mejor”, fue lo más que declaró a los medios el obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, encargado de formular las preguntas a los candidatos en ese encuentro.

El sábado pasado, en el marco de la celebración del Corpus Christi, el presidente del Episcopado Mexicano y arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega, aprovechó para enviar un mensaje en torno a las elecciones del 1 de julio: “Todas y todos tenemos derecho y obligación a ejercer con libertad y con responsabilidad el elegir sin obligar a nadie. Tenemos el derecho a hacerlo, y lo que resulte tenemos el deber de respetarlo en el marco de la legalidad”.

Como jerarca de la Iglesia católica, Robles Ortega hace un llamado a votar en libertad, pero también a respetar el resultado. ¿Hay un destinatario en particular en este exhorto o es simplemente una convocatoria que cabe en ésta o en cualquier elección por venir? ¿Es, acaso, un lugar común a cubrir por parte del clero o es apenas una primera llamada en el marco de una celebración multitudinaria pero muy local? ¿Llegaremos a escuchar la voz de los obispos en un tono más alto días previos a la jornada electoral?

A diferencia de elecciones anteriores, hoy los obispos han guardado silencio o han sido bastante discretos; hoy no juegan un papel con el protagonismo de tiempo atrás; hoy nada han dicho de los escándalos que han envuelto al gobierno de Enrique Peña Nieto o, en el caso de Jalisco, su condena a la inseguridad pública no ha pasado de las declaraciones del cardenal Robles Ortega en sus entrevistas posteriores a la misa dominical. Hoy la voz del clero en el país y en Jalisco no se ha dejado escuchar. ¿O será que ya no tiene o no se le da el peso de antes? ¿O todo es resultado de un pacto entre la iglesia y el gobierno?

Trasciende que los obispos ven con buenos ojos la candidatura de Meade Kuribreña, pero no los cierran a una probable victoria de López Obrador del que no han expresado públicamente opinión alguna hasta el momento. Han sido muy cautelosos, quizás porque están a la expectativa de ver qué sucede en lo que resta de las campañas y cuál es el sentido del voto el día de la elección.

¿De veras la iglesia decidió ser un testigo mudo del proceso electoral o simplemente ha sido cuidadosa en su actuar y no dar señales de favoritismo a candidato alguno? ¿Está en la espera de conocer al ganador para hacer pública su postura?

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I

 
Derechos reservados ® ntrguadalajara.com