Quinto Patio

Los municipios son la autoridad más cercana al ciudadano y, por ende, la que tendría que hacerse cargo del cumplimiento de las órdenes de protección en casos de violencia de género. Sí, la que ejercen machos golpeadores, sobre todo. Sin embargo, muy pocos ayuntamientos saben cómo actuar y otros lo hacen como creen conveniente. Al preguntar a los 125 ayuntamientos cuáles son las acciones que llevan a cabo, 59 ni siquiera se dignaron en responder. ¿Transparencia? ¡Ja!

Y, miren, de los que sí respondieron, 11 municipios dijeron que ¡no siguen protocolos!, uno que “no aplica” (prospecto a clases de derecho, ipso facto) y otro que no está entre sus atribuciones (¡¡¡!!!). Pero aun entre los que sí tienen acciones previstas están los que simplemente vigilan o le dan a la víctima el número de emergencias para que llame telefónicamente. Así que el papelito ese de la orden de protección es, al final, un simple papelito. Inútil, pues.

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La Policía de Tlajomulco no está para cuidar los patios traseros de las casas abandonadas. Eso dijo el comisario de Tlajomulco, Carlos Burguete, adelantándose al impensable panorama de más fosas clandestinas en su demarcación. Sí, fueron 18 los muertitos hallados hasta ahora dentro de tres fosas en casas huevito de Tlajomulco, de los que el alcalde Alberto Uribe gritó a los cuatro vientos “nos siembran los cadáveres”.

El comisario no se quedó atrás en eso de aventarse un dicho pegador y lanzó un “tampoco podríamos estar vigilando los patios traseros de las viviendas”; y como no queriendo, o ya carrereado, advirtió que es imposible cuidar las 25 mil casas abandonadas. Lo que también sorprende es que, nada más ni nada menos, 110 policías cuidan cuatro colonias, las más bravas y pobladas de Tlajomulco, pues ahí viven unos 400 mil cristianos, y todos los servicios se atienden con 15 patrullas. Lo bueno es que se profesionalizan.

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Dice el gobernador electo Enrique Alfaro que “va en serio” la lucha contra la corrupción. Enseguida informa que se reunió con el primer fiscal anticorrupción de Jalisco, Gerardo de la Cruz, para refrendarle su compromiso de respeto absoluto a su autonomía y todo su respaldo para que “tenga lo necesario para cumplir con su función”. (El fiscal tiene más de 900 carpetas de investigación, apenas tres ministerios públicos y carece de suficiente presupuesto. Traducción no oficial: “Pos si los del gobierno estatal no aflojan el cheque, verá cómo conmigo sí, mi fiscal”).

Añade Alfaro que el proceso para la selección del fiscal antitransas “ya es ejemplo nacional, principalmente por la participación de la sociedad civil”. Y apunta que confía en que su desempeño y resultados “marcarán un precedente en la lucha contra la impunidad en nuestro país”. Ante eso, esta vecindad ocurrente parafrasea lo que dicta la sabiduría popular: si con dinero baila el perro, con buen presupuesto baila la fiscalía. (En buen sentido, claro, claro).

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El “apasionado” presidente estatal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y diputado local, Enrique Aubry de Castro Palomino, tildó de “hormonal” a la alcaldesa de San Pedro Tlaquepaque, María Elena Limón García. Recapitulemos. El legislador verdecologista ha protagonizado sendas polémicas por sus reacciones violetas con otros diputados, funcionarios o ciudadanos, a lo que hace dos años respondió que es “apasionado”, “noble”, “bueno”, “inocente” y “de carácter”.

Por otra parte, Nena Limón es acusada de presuntas violaciones a los derechos político-electorales de la regidora Daniela Chávez porque dieron de baja a parte del personal que colaboraba con ella antes de que se fuera de campaña como abanderada del PVEM.

Luego, el comal le dijo a la olla; perdón, el “apasionado”. Corrección, va de nuevo, el legislador sugirió a la alcaldesa: “Yo creo que no debes meter tus temas hormonales o inmaduros y pelear de esa manera con una compañera regidora”. Y dijo que espera que el Tribunal Electoral de Jalisco le dé la razón a Daniela Chávez, como ocurrió antes con el síndico municipal. (Esta vecindad mejor no publica sus co-men-ta-rios a-pa-sio-na-dos).

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JJ/I