Mamihlapinatapai

2017-11-03 21:00:36

Un marinero con historia de alcoholismo pide permiso en su trabajo en un barco carguero para regresar a su antiguo hogar después de 20 años. Su intención es saber si su madre sigue viva y encontrarla.

Esta es la primera historia.

La segunda habla de un joven que sale de su hogar también en la búsqueda de alguien. En este caso, de su padre. Se monta en una bicicleta y cruza Latinoamérica.

La tercera historia habla de un explorador herido que busca sobrevivir, pase lo que pase, para enfrentar a un enemigo.

Ninguna de estas historias se relaciona entre sí excepto por dos características: la primera, es que todas son películas.

El relato del marinero se llama Liverpool (2008), y es del director argentino Lisandro Alonso (Los Muertos). Es una historia sobre la soledad y el abandono que deja al espectador tomar sus propias conclusiones.

La segunda, del joven que sale de su hogar, es del gran director también argentino, Pino Solanas. Se llama El viaje (1992) y retrata la vida en un continente afectado por la deuda externa, la corrupción de la llamada “mafiocracia”, la devastación del medio ambiente y el hambre.

Si bien muestra la realidad, también retrata la mayor aventura que alguien puede tener, que es la oportunidad de reinventarse a sí mismo. Con esta película Pino Solanas también señala que los latinoamericanos estamos hechos de pasiones y sueños inagotables.

La tercera historia la hizo Alejandro González Iñárritu y se llama El renacido (2016). Basada en la historia del explorador Hugh Glass, el filme reflexiona sobre la relación del ser humano con la naturaleza y del padre con el hijo.

La segunda característica que une a estas tres historias es que parcial o totalmente fueron filmadas en la ciudad de Ushuaia, capital de la provincia argentina de Tierra del Fuego.

Es la puerta de entrada a la Atlántida y uno de los lugares más hermosos del planeta, no sólo por sus paisajes –capturados en las películas mencionadas– sino por su historia en la que entran los yámanas.

Además de ser un ejemplo de supervivencia, estos nómadas inventaron hace 6 mil años una de las palabras más hermosas. Significa: “una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean, pero que ninguna se anima a iniciar”.

Se escribe: mamihlapinatapai.

@los21fosfenos

JJ/I

 
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