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Las tardes de recreación en prepa Jalisco

EXTRACURRICULAR. Para todos aquellos estudiantes que disfrutan de ratos libres en Prepa 1 hay una serie de actividades musicales así como ajedrez al aire libre. (Foto: Alfonso Hernández)

Entre las antiguas instalaciones de la Preparatoria de Jalisco o Prepa 1 como muchos la conocen, de la Universidad de Guadalajara (UdeG), los alumnos disfrutan de un rato de desestrés después de sus clases o simplemente aprovechan para tomar alguna clase extracurricular de las que ofrece la institución para fortalecer sus conocimientos.

Son las 13 horas, punto en el que los alumnos de la mañana abandonan el lugar para dar pie a que se instalen los que estudian en la tarde; sin embargo, también algunos aprovechan para entrar a sus diversas clases extracurriculares como lo son, el baile, ajedrez, música, entre otros.

En el primer patio que se conecta a la entrada principal, se encuentran cinco chicas que ensayan algunos pasos de baile junto a la fuente central, pues buscan aunque sea refrescarse un poco con la brisa del agua; mientras tanto, algunos chicos observan con interés cada uno de sus movimientos, pues como no tienen música de fondo nadie sabe qué es exactamente lo que bailan.

A pesar del desorden y las voces de cada rincón de este lugar, sobresalen armoniosa notas del segundo piso donde los jóvenes de música se preparan para el concierto final que darán la próxima semana, fecha de sus exámenes finales.

El salón de usos múltiples es el elegido de este grupo y a pesar de no tener público alguno, cada integrante deja lo mejor de sí. Los violines y violonchelo resaltan en la mayoría de los alumnos, quienes abrazan con emoción su instrumento mientras siguen el ritmo de su profesor; las palomas que rondan por el lugar son sus mejores oyentes.

En este mismo piso, otros alumnos descansan en las diversas bancas de la escuela o ya de plano deciden tirarse al piso, pero cuidan que no venga alguna autoridad, pues en cuanto los sorprendan recibirán una llamada de atención.

Para acceder a otro de sus múltiples patios, en uno de los largos y estrechos pasillos de las esquinas, se tiene una enorme vitrina de madera rasgada por los años, pero que conserva intactos cada uno de los trofeos tanto deportivos como de concursos ganados por los alumnos, junto con las fotografías del recuerdo y sus nombres en una placa ya sea de metal o vidrio. Al fondo se tiene la primera parte de la biblioteca, la cual está cerrada por puertas de acero negras, pues se tiene la grabación de un programa.

En este segundo patio los estudiantes tienen acceso a una pequeña mesa de ping–pong para olvidarse aunque sea un momento de sus responsabilidades o despejarse de los próximos exámenes.

Para los que desean aislarse un poco del ruido eligen ir hasta el cuarto piso de la preparatoria para aprovechar que acaba de ser rehabilitado. Unas estrechas y largas escaleras al fondo del segundo piso son las que llevan a este mágico lugar que alberga unos cinco salones y varias bancas; sin embargo, la preferencia se basa en la vista que se tiene y que abarca varios edificios antiguos del corazón de la ciudad, entre ellos, la Secretaría de Cultura (SC), su vecino.

Pasadas las 13 horas, los jóvenes comienzan a reformar sus clases, por lo que los pasillos comienzan a verse vacíos y los salones vuelven a ser un mundo de ruido, mientras esperan la llegada del profesor.

Un edificio que muestra los cambios de generación y la historia, pues conviven armoniosamente sus viejas y representativas instalaciones con los jóvenes de preparatoria.

Mientras tanto, a las fueras el desorden sigue en su punto, pues no falta el grupo de amigos que se quedó a platicar de sus experiencias diarias.

JJ/I