Malamente el futuro y bonito claroscuro

Claroscura

Aterciopelados

Si bien hay poco rock, salvo en la autorreferencial Dúo, que reflexiona sobre su historia y se autodefinen como dúo dinámico y un clásico, además de la góspel y blusera Piernas, Aterciopelados hizo un disco crítico, con temas bailables, pero letras incisivas que invitan a no olvidar la esencia humana. El cumbión Cuerpo ataca a los valores estéticos establecidos, habla de amor propio. Vieja es reflexiva sobre el paso del tiempo. Hay luz, oscuridad, positivismo, canciones directas y redondas donde aparece hasta un ritmo reguetonero, pero puesto de forma inteligente. Está chido. #DirectoALaBarriga

CALIFICACIÓN: SUBE EL VOLUMEN

God’s favorite customer

Father John Misty

Que el tema abridor Hangout at the gallows suene tan descaradamente beatle, me hizo quedarme a escuchar este disco, la letra no es mala, igual que Mr. Tillman, incluso su folk piscodélico en Date Night es agradable, pero a la mitad del álbum es evidente que su espectro sonoro es limitado, el toque country de Please don’t lie puede ser chistoso, pero aburrido y en esa línea está el tema que titula el disco, cuya letra explica por qué le gusta a los milenials, pero no hay nada nuevo, genial o fuera de serie. Seguro gustan más sus barbas que su música. #TómalaBarbón

CALIFACAICÓN: MODERE SU CONSUMO

The future and the past

Natalie Prass

Fans del #MeToo y haters de Trump (Oh my), aquí está el disco que les puede encantar y alejarlos de Belinda, Ha*Ash y el reguetón. Natalie Prass, quien hace tres años jaló reflectores hacia ella por su contundente pop de base soul, regresa para reclamar a los machistas (Lost), al abuso de poder y hace un llamado a la hermandad de las mujeres (Sisters), todo con una sutileza que hace cantar y seguir el ritmo. Hay un soul muy ochentero en Short court style y Never too late, pero son seductoras. Cada una de las 12 canciones son elegantes, bien ejecutadas, agradables de escuchar. Conózcanla. #AlmaRica

SENCILLOS

No me acuerdo

Thalía

Sigamos amarrando navajas. Thalía arrasó a Paulina Rubio. No me acuerdo es un reguetón muy elemental, pero cuenta una historia, no abusa del auto tune y Natti Natasha, que al menos es figura en Estados Unidos con dos discos editados desde 2012, complementa el tema y le pone equilibrio. La letra es –en apariencia– fresa, pero habla de una infidelidad después de una noche de fiesta, sin gritarlo, es una canción que empodera a las mujeres, se cobra el derecho de pasarla bien como sea. Es reguetón, igual que todos, pero sí barrió a la Pau. #PauPonteDeRodillas

CALIFICACIÓN: MODERE SU CONSUMO

Malamente

Rosalía

Palmas de flamenco como base rítmica, detalles de trap, percusiones sudamericanas, una estética rapera, unos teclados con aires árabes y un sabor flamenco, combinados de manera inteligente hacen de Malamente una canción futurista, donde todo convive y todo se mezcla, donde se pierde cualquier pureza y es tan natural que se hace universal. Rosalía hizo una genialidad, rompió líneas, barreras y formas para crear algo que de tan nuevo, es inclasificable, pero sumamente adictivo, es una nueva droga sonora. #MolaMachín

CALIFICACIÓN: SUBE EL VOLUMEN

JJ/I