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Deporte, (j)aula y enamoramiento

El escenario es uno, el aula; los actores, muchos o muchas, pero finalmente uno es el responsable de todo lo que sucede dentro del aula (y fuera hasta cierto punto) cuando se es docente. Aunque aquí abrimos el espacio a los escenarios públicos y el tema actual de las redes sociales fuera del contexto escolar, que esas son otras historias pero que definitivamente pueden dar un breve perfil de personalidad de los susodichos, porque la vivencia en el deporte potencializa todo ello.

Pero indiscutiblemente todos los que nos paramos frente a un grupo en el ámbito escolar de cualquier sector que fuere éste, tenemos obligaciones y derechos por ley, pero también de carácter ético, moral y obviamente los principios y valores a los que nos debemos como seres humanos.

Hoy les toca mencionar a otros el tema del acoso a la violación sexual en el ámbito académico, y que ésta última es el caso extremo de aquello que inició con o sin consentimiento (como se haya dado éste y que importa muchísimo), como broma o una forma de cortejo formal hasta caer en esa forma burda, cruel, insensible y obviamente aterradora de conducta sexual.

Conocemos no una historia, muchas historias, y que de hecho nos faltan dedos en las manos para mencionar el otro lado de la moneda en el contexto universitario. Ese fenómeno llamado enamoramiento en el salón de clases y que éste culmina con la llamada pareja ideal. Y debo de recalcar y subrayar el hecho: enamoramiento del profesor(a) con su alumno(a) o al revés y que termina en casorio, vida de pareja, hijos y siendo una familia. No sé si felizmente casados o no –como en los cuentos–, pero finalmente culminan en vida familiar.

Y que definitivamente una cosa es clara como señala el psicólogo del deporte alemán, A. Thomas, “durante el proceso de interacción entre profesor y alumnos, el primero puede ejercer sobre los segundos mucho más poder del que disponen éstos para influir en aquél”, o sea, el que está siempre frente al grupo lleva ventaja.

Pero a veces esa aula y proceso de enamoramiento se pervierte, distorsiona y se convierte en una verdadera jaula para los profesores y alumnos que quedan atrapados en ello. Por ello es tan necesario la integridad de los quehaceres y deberes en el aula.

Algo no hemos hecho tan bien que esta relación se ha desbordado en muchos sentidos y es una tarea universitaria que se debe atender de inmediato y sin miramientos.

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JJ/I