México sin hambre

¿Se considera usted como parte del grupo de las personas más ricas de México? ¿Le parece que lo que gana es suficiente para mantener un nivel de vida digno? ¿Se imagina cómo se las arreglan para salir adelante las personas que tienen un ingreso salarial menor al suyo?

Ahora bien, ¿sabía que la riqueza en nuestro país está tan mal distribuida que una persona que gane 15 mil pesos al mes, es decir, 7 mil 500 pesos quincenales, es parte del 5 por ciento de las personas más ricas de México? ¿O que basta con ganar 3 mil 500 pesos quincenales para ser parte del 25 por ciento más rico?

Tomando en cuenta esos datos, y asumiendo que con sus ingresos le resulta difícil cubrir lo que considera que son sus gastos básicos e indispensables, ¿se puede imaginar lo que ocurre con las personas que forman parte de la mitad más pobre de nuestra población?

¿Sabía que en Jalisco hay un millón 200 mil personas que difícilmente pueden hacer tres comidas al día y, en muchos casos, uno o dos integrantes de la familia deben quedarse sin comer para que otro coma? ¿Y sabía que uno de cada cinco mexicanos, alrededor de 28 millones de personas, se encuentra en esa situación?

Entiendo que para muchas personas esas cifras y situaciones son impensables, que cueste trabajo siquiera imaginarse la situación de una persona que decide no comer para que uno de sus seres queridos pueda comer ese día, pero ésa es la realidad de millones de familias en nuestro país. Y lo peor del caso es que, por lo menos en Jalisco, se desperdician aproximadamente 20.4 millones de toneladas de alimento al año, justo la cantidad necesaria para evitar que haya personas con hambre en nuestro estado.

Por ese motivo, hace poco más de un año el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, la Secretaría de Desarrollo e Integración Social, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores y de Occidente (ITESO), el Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara, y el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco se unieron en un proyecto denominado Jalisco sin Hambre, que pretende mejorar la capacidad de los bancos de alimento de Guadalajara, Zapotlanejo y Tepatitlán para recibir y repartir donativos de alimentos, y de esa forma contribuir a acabar con ese problema tan grave.

Al respecto, el proyecto se encuentra así: hay una iniciativa de ley en el Congreso de Jalisco que busca incentivar la donación de alimentos y crear un fondo de 60 millones de pesos para el rescate de alimentos, pero que actualmente se encuentra congelada, quién sabe por qué. Por otro lado, ya se tiene casi toda la maquinaria necesaria para instalar una planta piloto para el procesamiento de alimentos que permitirá fabricar puré para aprovechar de mejor manera las frutas y hortalizas, pero hace falta reunir 650 mil pesos para costear las adaptaciones que es necesario hacer a las instalaciones del Banco de Alimentos de Tepatitlán, que es donde se instalará dicha planta.

De manera que, si usted desea ayudar a combatir el hambre en nuestro estado tiene dos maneras de hacerlo: primero, hacer un donativo monetario para financiar las adaptaciones requeridas en las instalaciones del Banco de Alimentos de Tepatitlán, en la dirección https://giveorg.org/projects/dona-la-adecuacion-bodega-banco-alimentos/; y, segundo, presionar a los diputados locales para que aprueben la iniciativa que presentó originalmente la Junta de Coordinación Política del Congreso de Jalisco, el pasado 8 de noviembre con el folio 010841, la cual puede consultar en la dirección https://goo.gl/nhPSe3, y exigirles que desechen los dictámenes que recorten o contradigan dicha iniciativa.

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JJ/I