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Ay, calor, ya me volviste a dar

Los tapatíos somos gente de costumbres. Y una de las más arraigadas es aquélla que consiste en quejarse del calor. No importa cuántos grados centígrados se hayan registrado anteriormente: el corriente siempre será el año más caluroso de la historia. 2018 no ha sido la excepción y, aunque ya llegaron las primeras lluvias para tenernos sudados y pegostiosos, lo cierto es que ahora sí se sintió más calor: los termómetros coquetearon con los 40 grados y los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara corrimos a buscar la sombra de los árboles… y no la encontramos.

Desde hace varios años, la mancha urbana acusa un problema de deforestación severo. Los desarrollos inmobiliarios son un ente voraz que no se detiene –para muestra, la atrocidad que cometieron en el llamado Central Park, frente a Plaza México, donde acabaron con el arbolado– y parece que la obra pública está empeñada en no quedarse atrás –la semana pasada, Canal 44 documentó que en sólo cuatro proyectos se cargaron 773 árboles. Es triste, por no decir lamentable, ver el nuevo aspecto de las avenidas Laureles, Ávila Camacho y Revolución: con la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero se han convertido en un monumento kilométrico al concreto, al que hay que sumar las horribles estaciones voladoras que son una ofensa a cualquier noción de paisaje urbano.

La reforestación de la ZMG no puede seguir postergándose. Está comprobado que las temperaturas pueden variar entre 3 y 6 grados (algunas fuentes dicen que incluso hasta 9) entre las zonas arboladas y aquéllas desprovistas de vegetación. Pero ojo: también es primordial hacerlo con estrategia, para no caer en despropósitos como el de Cornelio Ramírez Acuña, ex alcalde de Zapopan, que en su gestión mandó reforestar avenida Patria con palmeras antinevadas, o como reforestar con ramitas pelonas que luego sucumben ante el chorro inclemente y desproporcionado de las pipas. Esto, más la búsqueda de modelos alternativos e integrales de movilidad, contribuirá a hacer más llevadera la vida en la urbe.

Una buena señal es la publicación, hace unos días, del primer censo del arbolado de Guadalajara. Ojalá el resto de los Municipios de la ZMG replicaran la iniciativa, para de este modo tener un mejor control del arbolado y, sobre todo, tomar medidas contra quienes decidan echar abajo árboles porque tapan un anuncio espectacular o, vaya cosa, simplemente porque tiran basura.

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