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Ha separado EU a 2 mil menores migrantes de sus padres

(Foto: Especial | Archivo)

La decisión del gobierno de Donald Trump de separar a padres inmigrantes de sus hijos en la frontera estadounidense ha acaparado la atención de todo el mundo, ha sido criticada por organizaciones pro derechos humanos y dominado el debate sobre inmigración en el Congreso.

También es una situación que ha ido creciendo desde la primera semana en la que Trump asumió la presidencia, cuando emitió su primera orden que dio a entender cuál era su estrategia hacia los solicitantes de asilo. Desde entonces, el gobierno ha estado socavando de manera firme las protecciones para familias y niños inmigrantes.

"Están dispuestos a hacerle daño a un niño traumatizado, separado de un padre, que está solo en un centro federal de detención, a fin de lograr su cometido general de desalentar a la gente a venir", dijo Jennifer Podkul, directora de políticas de Kids in Need of Defense, que representa a niños en cortes de inmigración.

Para las personas que trabajan con inmigrantes, las penurias de los padres fue presagiada por una serie de medidas para evitar que los niños al llegar a la frontera salgan en libertad y pidan estatus legal en este país.

El gobierno dice que los cambios son necesarios para desalentar a inmigrantes que quieran llegar a Estados Unidos de manera ilegal. Pero las críticas van en aumento, fomentadas por reportes de niños separados de sus padres, infantes desconsolados y menores de entre 4 a 12 años llorando y preguntando cuándo van a ver a sus padres.

Alrededor de 2 mil niños fueron separados de sus familias durante un período de seis semanas en mayo, dijeron funcionarios del gobierno el viernes.

Una de las madres afectadas por las nuevas directrices es Vilma Aracely López Juc de Coc, quien escapó de su remota aldea en Guatemala luego que su esposo fue asesinado a golpes en febrero, de acuerdo con activistas. Cuando ella llegó en mayo a la frontera con Texas con su hijo de 11 años, agentes fronterizos los separaron, dijo.

Con los ojos llorosos, ella le preguntó a un asistente legal sobre lo que más le apremiaba: ¿Cuándo vería de nuevo a su hijo?

"Ella no sabía qué era lo que estaba pasando", dijo la asistente legal Georgina Guzmán al recordar su conversación en una corte federal en McAllen, Texas.

Situaciones parecidas ocurren a diario en cortes federales en Texas y Arizona, donde docenas de inmigrantes comparecen por cargos de ingresar ilegalmente a Estados Unidos tras viajar desde Centroamérica.

JL