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La promesa de Castro a Meade

Cuentan una anécdota política –que se asegura es real– de un maestro de ceremonias que tenía la encomienda, además de animar a las fuerzas vivas que se habían dado cita en la plaza pública, de presentar al candidato en turno, de quien debería de enumerar los atributos que lo hacían merecedor de ser el abanderado de su partido al cargo que disputaba.

Dicen que mentalmente el maestro de ceremonias trataba de encontrar un atributo que distinguiera al candidato y con el cual pudiera presentarlo. Pensaba y pensaba y no encontraba ninguno. Pasaban los minutos y el candidato esperaba el momento de subir triunfalmente al estrado para recibir el aplauso y las porras de la concurrencia, pero el maestro de ceremonias no encontraba cuando menos un atributo con el cual presentarlo.

Finalmente no le quedó otra, pues el tiempo apremiaba, que frente al micrófono destacó del candidato… ¡que su maestra decía que tenía bonita letra!

Recordé lo anterior al escuchar ayer a José Antonio Meade decir, ante miles de priístas concentrados en el Auditorio Benito Juárez, que “para saber dónde comer, dónde desayunar, dónde se comen los mejores tacos… ¡hay que andar con Hugo Contreras y hay que llevarlo al Senado…!”. Ah, y añadió que también debe de acompañarlo Rocío Corona Nakamura, quien encabeza la primera fórmula a la Cámara alta.

Sin duda que el PRI dio muestra del punch del que hablaba en mi entrega de ayer al abarrotar la sede de las Fiestas de Octubre para enmarcar el cierre de campaña en Jalisco de su candidato a la Presidencia de la República y donde el abanderado a la gubernatura, Miguel Castro Reynoso, asumió un titánico compromiso del que habrá que estar al pendiente de si se cumple o no: entregarle un millón 400 mil votos el 1 de julio, para convertirlo en el próximo presidente del país.

Hace seis años, cuando el PRI encabezaba las preferencias electorales en las encuestas, Enrique Peña Nieto obtuvo en Jalisco un millón 372 mil 463 votos, mientras la panista Josefina Vázquez Mota sumó a su favor un millón 107 mil 42 sufragios; Andrés Manuel López Obrador, hoy nuevamente candidato y puntero en las encuestas en el país, sólo 776 mil 75 votos, por únicamente 94 mil 199 del candidato de Nueva Alianza, Gabriel Quadri.

Hoy, con un López Obrador y su partido Morena convertidos en los favoritos para ganar la elección y con un crecimiento inesperado en Jalisco, y frente a un Ricardo Anaya impulsado por tres partidos: Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano; con un PRI en tercer lugar en las encuestas a nivel nacional y estatal, además de no existir alianza local con los partidos Verde Ecologista y Nueva Alianza, Miguel Castro asume el compromiso frente al primer priísta del estado –el gobernador Aristóteles Sandoval– y la dirigencia de su partido de entregarle a Meade Kuribreña más votos que los obtenidos por Peña Nieto.

Y para eso, le aseguró, “ya está lista la estructura electoral al 100 por ciento”.

Quizás el optimismo de Miguel Castro surgió a partir de que José Antonio Meade convocó al priísmo jalisciense a ganar “seis de seis”, refiriéndose a los seis cargos en contienda: Presidencia de la República, Senado, Cámara de Diputados, gubernatura, Congreso del Estado y alcaldías, asegurando, además, que el mejor día de la campaña de los priístas será el día de la jornada electoral, el 1 de julio, mientras otros tuvieron su mejor día antes o durante sus campañas.

“Nos quedan 12 días para elegir entre un México que comparte su futuro o un México que se refugia en el pasado”, advirtió Meade a un priísmo que al menos este día lo hizo suyo. “¡Vamos por el voto consciente, útil…! ¡Esta elección la vamos a ganar porque hicimos la tarea!”, concluyó optimista el abanderado priísta.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I