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Fomenta el amor a la restauración

ORGULLO. Para la docente, lo más importante es un trabajo bien hecho. Pide siempre la excelencia de sus alumnos en cada piez que toquen. (Foto: Especial)

Para Lucrecia Vélez Kraiser no hay cosa más emocionante que la conexión que un restaurador tiene con la pieza que trabaja para lograr un resultado perfecto; eso es algo que busca transmitir a sus alumnos día con día.

“Yo les digo a mis alumnos que si van a decir que yo les enseñé, que lo hagan bien”.

Actual docente y coordinadora del taller de restauración de papel en la licenciatura de Restauración de Bienes Inmuebles de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), lugar al que llegó con el plan de algo temporal y ahora tiene 15 años dentro del mismo.

Vélez es originaria de la Ciudad de México y egresada de la Escuela Nacional de Conservación y Restauración Manuel del Castillo Negrete y se ha mantenido al día con talleres en universidades de Madrid, más dos diplomados de libro antiguo.

NTR. ¿De dónde viene el gusto por la restauración?

LVK. Fíjate que fue muy chistoso. Mi educación básica fue en colegios de señoritas, ya en la prepa me incliné en el área cuatro, pues antes así se dividía y ésta era la de humanidades. Mi maestra de historia fue la que me dijo que conocía una carrera para mí.

Me gustaba la pintura, la escultura, la historia, pero no sabía qué era exactamente lo que quería estudiar. La profesora me recomienda la carrera y cuando fui a verla a la Escuela Nacional dije: “esto es lo que quiero”. Siempre tuve afinidad por el patrimonio, pero creo que mis habilidades artísticas no estaban como muy reconocidas. Creo que fue algo muy chistoso pero bien atinado.

NTR. ¿Por qué se integra como docente?

LVK. Creo que también se le podría llamar casualidad. Aquí en la ECRO la coordinadora que fue mi maestra en la universidad y pienso que en algún momento vio alguna cualidad en mí para ser docente. Sí tengo mis trazas de educadora porque desde pequeña me llamaba la atención, pero no creí que la fuera a ejercer como restauradora ya que son cosas completamente distintas.

Enseñar a restaurar implica desnudar tu alma, tu conocimiento, tu cabeza y enseñarle a otro a duplicar los procesos, metodologías y análisis. Creo que es una conjunción de dos procesiones muy bonita y las dos las amo.

NTR. ¿Qué le gusta de la docencia y de la restauración?

LVK. De la restauración de papel es que se necesita tomar decisiones en el momento y lugar. No te puedes quedar con una pieza que estás lavando en una tina seis días; si le pasa algún problema se debe de tomar decisiones en ese momento y te obliga a pensar para buscar la mejor solución; me gustan las emociones fuertes.

De la docencia me gusta compartir mis conocimientos y habilidades. Como en todos lados, hay alumnos que pasan por tu semestre porque tiene que pasar, pero hay otros que se apasionan por los documentos igual que tú y eso es muy emocionante. Es una labor muy linda.

NTR. ¿Cuáles han sido algunos de sus trabajos de restauración?

LVK. Bueno, a nivel de la ECRO han pasado por mis manos no sé cuántas piezas, pues sólo en la hemeroteca de la UdeG llevamos más de 600 piezas restauradas. Cada obra que tocas te cimbra o te enchina la piel al ver el autor y la temporalidad.

He tocado obras de 1494 y te das cuenta que es un pedacito de Biblia, un incunable (libros que han sido impresos antes del año 1500) que se imprimió en la época en la que apenas se desarrollaba la imprenta; también me han tocado algunos manuscritos de la biblioteca pública del estado del ramo judicial y ver los dibujos de las armas me pone chinita la piel, pues quisiera saber qué era exactamente lo que pasaba en esa época.

Tocar piezas de artistas como Rufino Tamayo, José Clemente Orozco da mucho orgullo y claro que un sentido de responsabilidad; documentos firmados por Porfirio Díaz, Benito Juárez (…) son algunas de las que me han cimbrado y no necesariamente por la dificultad de la restauración, sino por lo que hablan los documentos.

NTR. ¿Qué viene para el futuro?

LVK. Me gusta la docencia pero ya estoy cansada de ella. Creo que tal vez un poco la falta de reconocimiento a veces te cansa.

Seguramente me quedaré aquí algunos años más pero sí me gustaría evolucionar como restauradora. La docencia te da mucha experiencia pero quiero evolucionar a nivel nacional.

He tenido la oportunidad de trabajar en proyectos y también me doy cuenta de lo gratificante que es trabajar yo solita en una mesa, sin que me hablen 16 personas. Estar en un diálogo con el autor, la obra y mi espátula, eso me gusta mucho.

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FRASES

“Yo les digo a mis alumnos que si van a decir que yo les enseñé, que lo hagan bien”

“Hay alumnos que pasan por tu semestre porque tiene que pasar, pero hay otros que se apasionan por los documentos igual que tú y eso es muy emocionante. Es una labor muy linda”
Lucrecia Vélez Kraiser, Cocente del ECRO

JJ/I