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Yeidckol: ¿derrota a la vista?

He comentado en éste y otros espacios que para llevar en las encuestas 30 puntos de ventaja, según la Cámara de Comercio; poco más de 20, de acuerdo al Grupo Reforma, o incluso 10, como lo reveló el periódico El Informador, Enrique Alfaro Ramírez no parece estar tranquilo ni seguro de su triunfo y mucho menos disfruta esta amplia ventaja que teóricamente lo coloca ya a un paso de la victoria por la gubernatura de Jalisco.

Algo similar sucede en el equipo de Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, en los que no obstante que prácticamente desde que arrancaron las campañas las más diversas encuestas lo colocan no sólo en el primer lugar de las preferencias ciudadanas, sino con un amplio margen de ventaja sobre quien se coloca en la segunda posición, parece que su sentir es todo lo contrario y eso los lleva a hablar de un presunto fraude por suceder, aunque no precisan cómo se ejecutaría exactamente.

Del tigre de López Obrador al diablo de la dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky, ambos enmarcados en el fantasma de un fraude que hasta el momento sólo existe en su imaginación, me llevan a pensar que los morenistas y lopezobradoristas –no son lo mismo– advierten que su realidad es un escenario como el que se enfrentaron el fin de semana en el Estadio Luis Pirata Fuentes, en Veracruz y no el que dibujan las encuestas.

¿O cómo entender que a estas alturas –si nos atenemos a lo que dicen las encuestas y al poco tiempo que falta para la jornada electoral–, el puntero con amplia ventaja esté asustado por un presunto fraude y llegue a lanzar una amenaza como la de Polevnsky? Dijo textualmente anteayer:

“No se atrevan a querer hacer un fraude porque sí se van a encontrar con el diablo; no les vamos a permitir un fraude a ningún precio, no lo vamos a aceptar (…). Esta elección ya está definida, está decidida y no queremos que con manejos y manipulaciones quieran hacer otra cosa. La única manera de remontar la ventaja de Andrés Manuel es con fraude, y no se los vamos a permitir (…). (López Obrador) ha dicho que si hay fraude él no se meterá, pero sí me voy a meter”.

Creo que la desesperación y una realidad que no es la que proyectan las encuestas es lo que hace a la dirigente morenista “ver moros con tranchetes” y atreverse, incluso, a pronosticar que con la infraestructura que tienen sus partidos rivales, el PRI y el PAN, concretamente, se cometerá el presunto fraude, cuando los responsables de la elección, quienes tienen la organización y todo el proceso, y además son quienes cuentan todos y cada uno de los votos emitidos son ciudadanos elegidos al azar –por insaculación–.

“Cuando se escucha decir a las otras coaliciones que tienen la estructura para ganar la Presidencia, es un indicador de fraude, puesto que no cuentan con los votos”. ¡Háganme favor! ¿O no es esto reconocer tácitamente que Morena no cuenta con la infraestructura necesaria para cubrir todas las casillas en el país y que pretende de alguna manera justificarse?

¿Sabrá Yeidckol que así como Anaya y Meade no tienen los votos, tampoco los tiene López Obrador? Afirmar la barbaridad de que “esta elección está definida, está decidida” cuando ninguno de los candidatos ha recibido ni un voto a favor –simplemente porque eso sucederá hasta el domingo–, refleja la desesperación de la dirigente de Morena porque las encuestas se conviertan en profecía e induzcan el sentido del voto de todos y cada uno de los ciudadanos que acudirán ante la urna.

Coincidentemente Polevnsky lanza su advertencia luego de que el diario The Wall Street Journal publica un artículo donde no se descarta una derrota de López Obrador y se hace referencia al apunte del diario español El País que asienta que la victoria de AMLO no está garantizada… Al tiempo, pues.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I