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Peligroso, asumir que los alumnos leen

Realidad. Todo acto lector tiene una implicación política, relacionada con la desigualdad de oportunidades y de acceso a los recursos. (Foto: Cortesía UdeG)

Ana Elsa Pérez ve como inseparables la labor de los promotores de lectura, de los escritores que dirigen sus obras a los niños y de los profesores en las aulas.

La especialista en literatura infantil ofreció ayer en la Biblioteca Pública del Estado Juan José Arreola una conferencia magistral sobre Literacidad y literatura infantil, como parte de la semana académica del programa de fomento a la lectura Letras para Volar.

En ella habló sobre el binomio inseparable de la lectura y la escritura para fortalecer las formas en que los jóvenes lectores asumen su papel frente a los libros, no sólo de literatura, sino de todo tipo.

“Si las universidades dan por hecho que sus universitarios son lectores, están equivocadas”, dijo en entrevista con NTR. “Incluyendo a los maestros universitarios, siendo honestos muchos no conocen la oferta editorial, toda universidad lectora debería asumirse como promotora de lectura y mirar la especificidad de sus lectores jóvenes. Hablar de la lectura juvenil es fundamental y tiene que estar presente en la universidades que hay intereses pedagógicas y psicológicas que hay que revisar en sus propias comunidades”.

En la conferencia, la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hizo notar que, desafortunadamente, no todas las universidades cuentan con un programa que fomente a la lectura desde la institución.

“Es importante que las universidades entiendan y comprendan que la formación lectora no comienza en la universidad, sino que comienza en la infancia: es el primer punto de partida”, así celebró que el programa Letras para Volar, no solo genere los medios para promover la lectura sino que ofrezca esta clase de foros a la discusión.

En la UNAM, la académica forma parte de un programa llamado Universo de Letras, un lugar para mirar a la infancia como un espacio para fomentar la lectura con mayor potencia y que pueda continuar hasta la mayoría de edad.

“La literacidad es la manera en la que se usa la cultura escrita, la lectura y la escritura y cómo se usa, en términos de una sociedad como en la que estamos, a punto de elegir a un presidente y en el que estamos contando con 8 millones de jóvenes que van a votar por primera vez”, dijo. “La lectura tiene una mirada política en dos sentidos: qué es lo que compromete a la lectura en los proyectos culturales y cómo es que la lectura tiene un efecto hacia la cultura de la ciudadanía, de la justicia y la cultura de paz, cuál es el compromiso que tiene la literatura infantil vista desde el estado como promotor de lectura pero también los autores de la literatura infantil en su compromiso de generar comunidad e igualdad entre sus lectores jóvenes”.

Todo acto lector tiene una implicación política, tiene una implicación en la desigualdad. Por ello la académica mencionó ciertos aspectos que son fundamentales: el primero de ellos el respeto a los derechos humanos, la accesibilidad –que haya acceso a las bibliotecas públicas, a las librerías y a los libros y sobre todo a los tiempos y espacios de la promoción de la lectura–, que sea incluyente a toda la diversidad lingüística, cultural, pero también la mental, psicológica o física, y adaptabilidad a una sociedad tan específica como a la de México.

“Son compromisos que todo programa tiene que prever”, dijo. “En otros términos, es urgente el tema del análisis económico de los universitarios. Hay que fomentar más el acceso a los libros gratuitos, entender que no porque haya libros digitales significa que todo el mundo tiene acceso, no todo el mundo tiene acceso a Internet y no hay que confundirnos, eso no implica una verdadera accesibilidad”.

Para saber

La conferencista fue invitada también a través de la Coordinación de Innovación Educativa y Pregrado de la UdeG

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FRASE

“Es importante que las universidades entiendan y comprendan que la formación lectora no comienza en la universidad, sino que comienza en la infancia: es el primer punto de partida”
Ana Elsa Pérez, académica

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