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El arte en movimiento

Proyecto. Actualmente, Rita trabaja en la preproducción de Humo, una adaptación del cuento infantil ilustrado de Antón Fortes y OQO, una editorial española. (Foto: Alfonso Hernández)

Para Rita Basulto no hay como el stop motion, el cual resume como el arte en movimiento. Para ella, un largometraje es una novela y el cortometraje es un cuento, cada uno con su propia narrativa y encanto, muchos de estos cuentos cortos se quedarán por siempre en la memoria del público.

“Desde mi adolescencia quise hacer animación… deseaba hacer películas, pero no había una carrera, o lo más cercano, entonces me decidí por la carrera de pintura, por lo que el día que cumplí 15 años ingresé a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara”, recordó la animadora.

Durante los primeros tres años, Rita iba a la escuela preparatoria por la mañana; sin embargo, de las 3 tarde a las 10 de la noche fue a la Escuela de Artes Plásticas durante los cinco años de su carrera y un año más de escultura; inclusive cursó un diplomado en Artes Audiovisuales en la Universidad de Guadalajara y otro diplomado en el Centro de Arte Audiovisual (Caav).

“Recuerdo que la primera charla de cine, en el departamento de video de la UDG, la dio Guillermo del Toro y me quedó muy grabado cuando dijo: ‘Uno o ninguno de todos ustedes van a terminar haciendo cine, porque el cine es de aferrados, es de mucha disciplina’. Pero rompimos la estadística y varios nos dedicamos al cine”, dijo orgullosa Rita.

“Cuando hice el examen de admisión al Departamento de Televisión y Video de la UdeG, tuve que ver una película francesa, bastante sórdida, por cierto, y hacer un storyboard de ella, casi todos tardaron como una hora, yo me quedé desde temprano hasta las 7 de la noche en la terraza de la escuela, hasta que llegó el director Daniel Varela y me dijo: ‘¡Ya no sigas, estás dentro!’. En ese entonces, de 150 aspirantes sólo fuimos admitidos 25”.

Cuando Varela fundó el Caav, Rita impartía talleres de storyboard y apreciación de historia del arte, así pagó sus estudios a manera de intercambio.

Como un proyecto de escuela se empezó a gestar El octavo día de la creación, codirigido con Juan José Medina y aplicaron al IMCINE, ganando la convocatoria de producción a cortometraje.

“Platicando con Daniel Varela, éste me preguntó que cómo íbamos con el proyecto de animación y le dije que hubo muchos cambios en el IMCINE, se detuvieron los pagos por meses y que no contábamos con equipo para empezar. Gracias a la intervención de Daniel, días después me habla Guillermo del Toro y me dijo que a él y a su esposa les habían encantado las pruebas de animación, me preguntó qué necesitaba para empezar a rodar”, recordó Rita.

“Le expliqué que faltaba la voluntad para firmar un convenio entre la UDG y Estudios Churubusco para tramitar un comodato de equipo de cine. Guillermo hizo un par de llamadas y al día siguiente se solucionó el problema. Entonces Juan Medina, Rigo Mora y yo nos trasladamos a los Estudios Churubusco con José Rolo (Rodríguez López) por el equipo faltante”.

Actualmente, este equipo es patrimonio de la Universidad de Guadalajara y se utilizó para otras producciones.

“Carlos Carrera nos honró con el claquetazo inicial y así continuó la aventura. De la UdeG recibimos mucho apoyo y terminamos trabajando en un forito provisional contiguo al Cineforo, donde veíamos los rushes, es un lindo recuerdo”.

“Con Guillermo estaré siempre agradecida por el apoyo”.

Más tarde, Medina y Basulto serían ganadores de su primer Ariel y así siguieron produciendo y colaborando en varios cortometrajes, beneficiados por concursos y becas nacionales.

“Conocí a León Fernández en un taller que impartí en el Caav, donde sobresalía por su talento en la escultura y el dibujo. Él tiene una empresa familiar en la fundición de bronce, así que incursionó en el diseño y elaboración de estructuras o armaduras para animación, estas circunstancias lo convirtieron en nuestro cómplice perfecto, puesto que también es muy buen animador”, aseguró Rita.

“Como realizadores, todos cumplimos diferentes roles en cada cortometraje, en dirección, producción, fotografía, dirección de arte, etcétera. Creo que en esta disciplina es una ventaja tener una formación plástica, porque nos vuelve autosuficientes en la construcción de maquetas, y el modelado de los personajes y todo lo que implica la preproducción. También estas cualidades nos permiten colaborar en proyectos externos para cine y teatro”.

Actualmente, Rita trabaja en la preproducción de Humo, una adaptación del cuento infantil ilustrado de Antón Fortes y OQO, una editorial española; es una historia en un mundo gris y silencioso, narrada desde la perspectiva inocente de un niño y su paso por un campo de concentración donde la vida le es robada.

“Esta vez quiero hacer una propuesta más arriesgada desde el punto de vista de la narrativa y visualmente en un mundo de papel, con una puesta en cámara y una estética minimalista, donde la línea de horizonte no existe y está llena de metáforas visuales y objetos simbólicos”.

Rita descubrió este libro en el en el stand de Israel, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de 2013. Años después conseguiría por medio de una coproducción con la editorial OQO, la cesión de derechos, posteriormente ganó el concurso nacional de producción del IMCINE para realizar el proyecto.

“Para la dirección de arte, comencé a investigar campos de concentración, fue de lo más difícil, yo estaba embarazada y ver esas imágenes tan desgarradoras, me afectaban hasta la lágrimas, me es inconcebible pensar cómo alguien puede tener la autoridad de quitarle la vida de manera tan vil y sistemática a tantas personas y arrancarte lo más preciado”, finalizó.

Sabías que…

Ella confiesa que dedicarse a la animación es una forma de vida

Rita es directora de arte, fotógrafa, diseña escenografía, construye títeres, puppets, hace escultura y está incursionando en el video mapping, ya que todo esto retroalimenta su trabajo

Es codirectora del cortometraje El octavo día de la creación (2001), por el cual obtendría su primer Ariel

Ganó el Ariel por Mejores Efectos Visuales por Desierto adentro (2009), de Rodrigo Pla

Fue productora y directora de arte para el cortometraje Mutatio, de León Fernández

Es directora y fotógrafa de Lluvia en los ojos, ganador del Ariel (2013) al Mejor Cortometraje

Es codirectora y fotógrafa de Zimbo, ganador del Ariel a Mejor Cortometraje Animado (2016)

Trabajó en la dirección de arte y fotografía del cortometraje Los aeronautas, de León Fernández, ganador del Ariel (2017)

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