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El beneficio de la duda

Se cumplieron sobradamente los pronósticos. La mayoría de las empresas encuestadoras acertaron en sus previsiones. El puntero lo fue de principio a fin, como mostraron mes a mes los estudios de opinión. En una votación histórica, con una abundante participación por encima de 63 por ciento, Andrés Manuel López Obrador fue electo presidente para el periodo 2018-2024.

La tercera fue la vencida para el tenaz candidato de la coalición Juntos Haremos Historia. El fundador y líder de Morena no sólo ganó la elección presidencial, sino que recibió del electorado un apoyo tan contundente que tendrá mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados, además de obtener el triunfo en cinco de las nueve gubernaturas en juego: CDMX, Chiapas, Tabasco, Veracruz y Morelos; ganó dos de cada tres distritos y consiguió mayoría en 18 entidades.

Tsunami tinto

El mandato de las urnas no pudo ser más aplastante. AMLO le ganó más de dos a uno a Ricardo Anaya y tres a uno a José Antonio Meade, obteniendo más de 53 por ciento de la votación, que equivale a 30 millones de votos. El proyecto político del tres veces candidato presidencial recibió del electorado prácticamente un cheque en blanco.

El tsunami tinto desplazó a las demás fuerzas políticas a segundos y terceros lugares. De las elecciones estatales para elegir gobernador, el PAN ganó tres –Guanajuato, Puebla y Yucatán–, MC una –Jalisco– y el PRI ninguna. El tricolor obtuvo los peores resultados de su historia y enfrenta una severa crisis, al igual que PAN y PRD.

Alfaro, traidorzuelo

La elección del 1 de julio configura un nuevo mapa político para México. De acuerdo con los resultados conocidos, PRI y PAN gobernarán en 12 estados cada uno, Morena en cinco, PRD en uno, MC en uno y un independiente en uno. En la CDMX el movimiento de López Obrador no sólo ganó la Jefatura de Gobierno, sino que obtuvo el triunfo en 11 de las 16 alcaldías que conforman la capital del país, la coalición del PAN ganó cuatro y el PRI se quedó sólo con una.

En Jalisco, la ola naranja volvió a inundar el Área Metropolitana de Guadalajara como lo hizo en 2015 y se extendió a otras zonas del estado. El grupo político que encabeza el futuro gobernador, Enrique Alfaro, gobernará a más de 80 por ciento de la población jalisciense. MC y Morena mandaron a la lona al PRI, que fue desplazado a un tercer sitio. Sin embargo, Alfaro chaqueteó a favor del que lo llamó traidorzuelo, demostrando que tenía razón. Antes de irse de vacaciones se desligó de MC, dio la espalda al Grupo Universidad y le hizo un guiño a AMLO. ¿Confiará en él?

Primeras acciones

Los primeros pasos del virtual presidente electo de México han producido reacciones positivas. Su primer discurso apostando por la reconciliación nacional fue tranquilizador. También lo fueron su reunión con el presidente Peña Nieto en Palacio Nacional, donde pactaron una transición ordenada; y su encuentro con el Consejo Coordinador Empresarial, tendiendo la mano al sector privado. Hoy verá a los industriales agrupados en la Concamin.

De la misma forma obsesiva como peleó la Presidencia, AMLO ha repetido que será un buen presidente. “No les fallaré”, ha prometido insistentemente. Por lo pronto vive una luna de miel en la que busca incluir a sus oponentes Anaya, Meade y El Bronco, con quienes espera reunirse para sanar heridas.

Altas expectativas

Hay que ser realistas, el país tiene problemas y carencias que no se resolverán de un día para otro. Los desafíos que enfrentamos son enormes. Las soluciones no son fáciles ni dependen de un solo hombre, pero un liderazgo fuerte puede conducir a la sociedad a la transformación que requiere México para ser un país más justo y equitativo. Las promesas fueron muchas. Las expectativas son muy altas. AMLO debe usar inteligentemente el bono democrático que le dio la elección. Merece el beneficio de la duda.

 

Verba volant, scripta manent

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@GOrtegaRuiz

JJ/I