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AMLO: ajustes en el SNTE

Al asumir la Presidencia de la República, Carlos Salinas de Gortari ajustó cuentas con el entonces poderoso líder del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia, La Quina, a quien mandó a la cárcel, y el también entonces imbatible dirigente de los maestros, Carlos Jonguitud Barrios, entendió el mensaje y dejó voluntariamente (a fuerzas) la dirigencia del SNTE en manos de Elba Esther Gordillo Morales.

Pasaron los gobiernos panistas de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa y nada pasó con los dirigentes sindicales que mantuvieron su poder y jerarquía, salvo cuando este último decidió desaparecer la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

Regresó luego el gobierno priísta de Enrique Peña Nieto y ajustó cuentas con la dirigente nacional del magisterio Gordillo Morales, a quien también mandó a la cárcel, mientras el no menos poderoso dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, entendió el mensaje y ni alzó la voz y mucho menos intentó levantar la mano del gremio.

¿Qué sucederá ahora con Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la República? ¿Quién será su Quina de Salinas o su Gordillo de Peña? Estas son las preguntas que todos se plantean y a las que por ahora tenuemente se les vislumbran las que podrían ser sus respuestas antes o luego de que asuma el poder el tabasqueño.

Pero todo parece indicar que López Obrador ya tiene la mira puesta en Juan Díaz de la Torre, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y sucesor en el cargo de Elba Esther Gordillo, quien hizo alianza con López Obrador en esta elección y a quien le envió a su yerno Fernando González y a su nieto René Fujiwara para que colaboraran en campaña con él.

Aseguran que Andrés Manuel ya tuvo comunicación telefónica con Díaz de la Torre, pero se desconoce el contenido de la plática; refieren que la dirigencia del SNTE ya tomó sus precauciones y ha resguardado documentación que considera importante y trascendente, ante el riesgo de una acción sorpresiva de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a quien López Obrador dio todo su respaldo.

Y es que Juan Díaz de la Torre ha quedado prácticamente en la orfandad política, pues no logró llegar a la Cámara de Diputados por la vía plurinominal y su partido Nuevo Alianza perdió su registro al obtener apenas 1 por ciento de la votación. Esta situación, así como la falta de respaldo de su gremio –no les dio los votos suficientes a sus candidatos–, lo convierten en un dirigente muy vulnerable a la acción del nuevo gobierno federal que tendría las herramientas y elementos para obligarlo a dejar la presidencia del SNTE.

Para no pocos es inquietante el diálogo que Díaz de la Torre sostuvo vía telefónica con López Obrador, pues de ello dependen los pasos que dará en el corto plazo y que lleva a muchos a creer que pronto convocará a una asamblea o congreso donde se elegirá a un nuevo presidente y él habrá de retirarse pacíficamente si llegó a un acuerdo con Andrés Manuel o enfrentar algún pendiente con la justicia.

Incluso, ya se menciona quién podría sucederlo en la presidencia del SNTE: Rafael Ochoa Guzmán, ex secretario general del SNTE, hombre cercano a Elba Esther Gordillo, ex diputado federal del PRI, ex senador de Nueva Alianza, ex coordinador nacional del Movimiento de Trabajadores y Productores en Movimiento, órgano del partido Movimiento Ciudadano, y ahora diputado federal electo del Partido del Trabajo.

De confirmarse lo anterior, con Ochoa Guzmán, hombre que conoce los entretelones del sindicato magisterial y del magisterio mismo, López Obrador buscará llevar a cabo las modificaciones que pretende realizarle a la reforma educativa.

Y por el otro lado, Romero Deschamps deberá poner sus barbas a remojar por si las dudas.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I