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Impulsan la ciencia y estudio fronterizo

Trabajo. Cursos intensivos y actividades experimentales forman parte del programa. (Foto: Especial)

El impulso de la ciencia a través de actividades atractivas y en las que se tenga una cercanía con investigadores jóvenes es uno de los objetivos principales de los Clubes de Ciencia; este año tiene su primera edición en Guadalajara, que cuenta como sede con el Centro Universitario de Ciencias e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Con ciudades dentro de su expansión como Mérida, Guanajuato, Ensenada, Oaxaca, Chihuahua, Monterrey, La Paz, Guadalajara, que después pasaron a otras de Colombia, España, Perú y Brasil, estos cursos tienen como objetivo la interacción de los alumnos en actividades experimentales que los acercan a temas científicos.

“Esto nació en Guanajuato de una iniciativa entre amigos, donde la idea fue mostrar a los estudiantes un tema de frontera de forma divertida. Tenemos una semana de cursos intensivos, donde se podrán hacer actividades experimentales en la que construyen dispositivos, hacen experimentos o sus propios programas, para que vean la ciencia de forma divertida y además crear una serie de redes entre los instructores y estudiantes, que los vean, que los toquen, para que así generen un apoyo para el futuro”, explicó Teresa Tamayo, estudiante de posgrado en Harvard y coordinadora de los Clubes de Ciencia en Guadalajara.

Tamayo también mencionó que cada club es único, pues es diseñado por un investigador de posgrado de la Ciudad de México y otro de Estados Unidos; esto con la intención de que se basen en sus investigaciones.

“Ahorita tenemos el club de medicina, donde cada día ven un órgano y patología diferentes, hicieron la disección de un cerebro, vieron la función de un pulmón y un riñón. El otro es de biología molecular, donde extraen muestras de adn; uno de computación cuántica, en el que ven los fundamentos de matemáticas y hacia dónde va la tecnología. El análisis de datos ambientales, donde fueron a muestrear árboles al Colomos y buscaron con patrones los cambios del aire; finalmente, se tiene otro de machine learning, donde están construyendo un carrito”.

Al finalizar la semana, cada estudiante debe de generar un proyecto final en el que pone a prueba lo aprendido.

La coordinadora especificó que los instructores pasan por una serie de pruebas en las que deben de proponer un pequeño proyecto que será analizado por los coordinadores para elegir a quienes llevarán el mando de los grupos: “Este año recibimos 300 solicitudes y usualmente se quedan 50 de cada lado. Éstas empiezan al inicio del año”.

Además del aprendizaje, Tamayo resaltó que la idea es que convivan con los investigadores, por lo que al inicio de la semana se generan mesas de charlas en la que los alumnos tienen la posibilidad de interactuar con ellos: “Les pueden preguntar desde por qué decidieron ser investigadores, de su trabajo, de cómo hicieron su intercambio de estudios a los Estados Unidos y muchas cosas, con los días la interacción es más común y esto los ayuda para un futuro. No genera parte curricular, pero sí pueden pedir alguna carta de recomendación”.

Estos cursos terminan hoy, pero como cada año, se espera regresar con nuevos clubes para alumnos de bachillerato y licenciatura. La información se puede revisar en su página oficial de Clubes de Ciencias México.

“Ahorita tenemos el club de medicina, donde cada día ven un órgano y patología diferentes, hicieron la disección de un cerebro, vieron la función de un pulmón y un riñón”
Teresa Tamayo, coordinadora

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