INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

120 años de Rabi

El año de 1922 fue muy significante, de hecho, todo ese tiempo, desde principios de los años veinte en adelante, fue un período de gran fermento en la física, enorme fermento, en todo el mundo -por lo que uno quiere decir Dinamarca, Inglaterra, Francia- pero no los Estados Unidos.

I.I. Rabi; Stories from the early days of quantum mechanics, en Physics Today, Vol. 59, N. 8, (2006), p. 36 

Ahora que en nuestro país encaramos una transición de gobierno bien haríamos en repasar algunas de las ideas expresadas mucho tiempo atrás por un muy destacado físico a quien le era muy clara la influencia del quehacer científico en el desarrollo y convivencia de las sociedades, ya uno de sus biógrafos escribió acerca de Isidor Isaac Rabi (1898-1988) que: “Él es un estadista de una era cuando los líderes mundiales, reconocían el impacto de la ciencia en la relaciones mundiales, escuchaban a los científicos como Rabi y actuaban según su consejo” (John S. Rigden en Rabi, Scientist and Citizen, Harvard University Press, Cambridge, EU, 2000).

Quien nació un 29 de julio en Rymanów, Galicia, Imperio Austro-Húngaro (hoy Polonia) se formó en la Cornell University como químico, aunque ya en su trabajo doctoral tanto en Cornell como en Columbia University abordó un peculiar problema de física: la susceptibilidad magnética de los cristales, que implica el fenómeno de resonancia, quizá dicho así suene perfectamente árido e inaplicable, cuando ahora es el principio que sustenta el funcionamiento de los equipos de resonancia magnética nuclear de amplio uso y extremada utilidad sobre todo en cuestiones médicas; de hecho el trabajo en tal área le valió a Rabi recibir 1944 el Premio Nobel de Física “por su método de resonancia para registrar las propiedades magnéticas de los núcleos atómicos”.

Testigo y actor de desarrollo de la Física Moderna, vio nacer el sistema de laboratorios nacionales de los Estados Unidos, que gestaron entre otros el programa nuclear, aunque él sugirió se siguiera el modelo del viejo continente que originó el Consejo Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), ejemplo de que la ciencia pude unir en la paz a naciones diversas. En su autobiografía My life and times as a physicist aboga por el reencuentro de las ciencias y las humanidades.

[email protected]

fv