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Fideicomisos sin control

Cada vez es más frecuente la utilización de la figura del fideicomiso para la realización de obras u operación de programas por parte del gobierno, y de éste con particulares, sin embargo lejos de ser mecanismos eficientes, sólo ha sido objeto de dudas, desvíos o abiertas corrupciones.

Los fideicomisos, figura legalmente establecida pero muy poco vigilada, representan un manejo económico equivalente a 4 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país.

Son creados y utilizados a nivel federal, estatal y municipal. Son el instrumento preferido de inversiones en que participan también particulares. A cargo del gobierno federal con registro en la Secretaría de Hacienda hay 374 fideicomisos que manejan 835 mil 477 millones de pesos, de acuerdo con datos de 2017.

Los mecanismos de supervisión de estos instrumentos, que representan más de 15 por ciento del presupuesto anual de la federación, son muy laxos y eluden la acción de contralorías de las dependencias, incluso de la Secretaría de la Función Pública.

El problema es tal que del total de fideicomisos 92 por ciento carecen de estructura administrativa y de controles internos, por ello Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que serán cancelados los fideicomisos que se utilicen para ocultar o desviar fondos, como el caso de la llamada estafa maestra mediante la cual se distrajeron recursos por más de 7 mil millones de pesos.

Para los especialistas es indispensable tener un control interno con una vigilancia efectiva del uso de los recursos manejados por los fideicomisos y las instituciones bancarias a las que están integrados, pero aseguran que no deben desaparecer por ser instrumentos útiles para la administración de dinero público. ¿Será?

AHORROS

Los últimos informes oficiales hablan de un debilitamiento de la situación financiera nacional, que si bien no es de alarma, sí enciende focos amarillos. La deuda pública llegó a 10 billones 427 mil 506 millones de pesos, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y es la más alta en monto y proporción al PIB que un nuevo gobierno reciba del antecesor.

Además, durante el segundo trimestre del año la economía tuvo un retroceso de 0.1 por ciento respecto al trimestre anterior, aunque el gobierno de Peña Nieto sostiene que alcanzará la meta de crecimiento para 2018 de entre 2 y 3 por ciento. Veremos.

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JJ/I