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El Madrid, historia con sabores a café


Ya son más de 60 años desde que el Café Madrid, ubicado en la avenida Juárez, en el Centro de Guadalajara, abrió sus puertas a cientos de clientes, quienes, sin querer, han aportado un poco de historia al lugar a través de sus tazas de café.

El 264 de Juárez, en el corazón de la Perla Tapatía, es el punto exacto en donde se encuentra este emblemático lugar, en el que el café se acompaña de platillos totalmente mexicanos, lo que le da un aire familiar al negocio.

Por las mañanas, este establecimiento se vuelve el punto de encuentro de decenas de personas –la mayoría es de la tercera edad–, quienes a la par de degustar un desayuno y un café, leen el periódico de su preferencia. Con el paso de los años, algunos de los meseros se han convertido en amigos de los clientes, pues no hay persona que pise este lugar y no tenga una pequeña charla con alguno.

José Luis Velasco, quien desde hace medio siglo trabaja como mesero en el Madrid, es uno de los más aclamados por lo clientes, pues como dice él, “le ha tocado ver nacer a uno que otro”. Un atuendo enteramente blanco y un moño de color negro bien puesto en el cuello de la camisa, es su característico uniforme de trabajo.

“Yo tengo trabajando aquí casi nada, 50 años nada más. Yo entre en 1968 y este lugar fue inaugurado en 1955. En ese entonces el café valía un peso, pues el dinero de aquel entonces sí valía; ahora un americano cuesta 27 pesos, eso sí, con el mismo sabor de siempre”, recordó entre risas don José.

Para Velasco, el Madrid es perfecto para trabajar por su ambiente familiar: “Yo venía por unos días y esos días se convirtieron en años; prácticamente me pasé toda mi juventud acá, pero el patrón siempre se portó bien con nosotros y eso cuenta mucho. Este lugar fue abierto por un señor español, don Miguel Tadeo; por eso tiene el nombre de Madrid. Ya cuando yo entré, estaba a cargo el señor Ramón de la Paz”, expuso.

LOS CAMBIOS

En sus inicios, el negocio ofrecía sólo café, postres, hamburguesas, tortas y sándwiches; sin embargo, el tiempo y la demanda del público provocaron que se ampliara la carta. A la fecha sirven poco más de 40 platillos.

Con el paso del tiempo, el café tuvo que modificar sus instalaciones originales y desde hace seis años luce como ahora: con sillas en tonalidades tinto y café, así como con mesas alargadas. Los murales de la Catedral al fondo y otros más siguen intactos.

“Antes el lugar se veía así como a la antigüita, pero a la gente le gustaba. Ya con la remodelación se atrajo más a la gente. No es por presumirle tampoco, pero el café que aquí se sirve es de lo mejor. Tenemos una cafetera que si mal no estoy, sólo hay dos de este tipo en toda la República y aquí hay una de ellas, según dicen los señores que se las vendieron a los patrones. El café siempre lo hemos surtido con la misma persona de antaño y es traído de Veracruz y Chiapas. La comida también nos ayudó, pero el café es único”, subrayó.

Cuando empezó a construirse el Tren Ligero, a finales de los 80, el café tuvo problemas económicos; sin embargo, a pesar de la situación, los dueños lo mantuvieron a flote. “Dudamos un año, casi todos los negocios cerraron porque no había ventas. Sí le sufrimos, pero el patrón nunca dejó de pagarnos nuestro sueldo”.

Este lugar se ha vuelto, incluso, la segunda casa de varias personas, por lo que José afirmó que ahora atiende hasta a terceras generaciones de familias: “¡Uy!, aquí tenemos clientes de hace años, los que viven todavía vienen, los que ya están muertos, pues no y qué bueno, porque me asustan”, bromeó.

HISTORIAS DETRÁS DE UNA TAZA

Entre las historias que involucran al Café Madrid, hay una que resalta entre las demás: la del primer peso que se pagó por un café en el lugar, el cual se resguarda en un marco detrás de la caja como símbolo de los años de tradición del negocio.

“Ése es el primer peso que aquí pagaron por un café, imagínate los años que tiene y, a pesar del tiempo, ese cliente aún vive y nos visita. Ya nos son muchos los que no viven, pero esos pocos (que sí) todavía se acuerdan de todas las historias. A mí me ha tocado servir a tres generaciones, a mis patrones, a sus hijos y ahora a los nietos. He conocido cientos de clientes que aquí se conocieron, luego fueron novios, se casaron y ahora vienen con los hijos”, recordó el mesero José Luis Velasco.

Por la fama que ha ganado con el paso de los años, el café ha recibido a personajes famosos, como jugadores y luchadores: “Salvador Reyes, Héctor Hernández y Rito Romero (son algunos). Han venido muchos políticos, ex gobernadores y presidentes, pues aquí los tenemos a un ladito, por eso venían a tomarse su cafecito con sus amigos. Todavía vienen abogados y gente así, pero no tan importante como antes”.

Respecto a su labor, Velasco afirmó que planea seguir trabajando en el lugar hasta que el cuerpo se lo impida, pues para él, insistió, no hay lugar más familiar que el Café Madrid.

“Antes el lugar se veía así como a la antigüita, pero a la gente le gustaba. Ya con la remodelación se atrajo más a la gente”
José Luis Velasco, mesero del lugar con 50 años de trayectoria

Para acudir

Si le interesa conocer este icónico café, puede acudir de lunes a domingo de las 11 a las 22:30 horas

fv/i