Celebran funerales de víctimas del puente caído

ROMA. Decenas de globos blancos han sido soltados al aire en Nápoles para despedir a los cuatro jóvenes del municipio de Torre del Greco, que murieron cuando atravesaban el puente camino de Barcelona.

Sus familiares no han querido participar en el funeral de Estado, que se celebró ayer por considerarlo una farsa, mientras en Génova, familiares y amigos siguen velando a sus seres queridos.

Génova celebró ayer los funerales de Estado en presencia de los más altos responsables políticos italianos, tras el mortífero derrumbe de un viaducto, por el que el gobierno ataca sin cese a la empresa gestora de la construcción.

Los servicios de rescate, entre los que hay 350 bomberos, siguen movilizados buscando a cinco posibles desaparecidos entre los escombros del puente Morandi cuatro días después de la catástrofe, que hizo que vehículos y camiones se precipitaran al vacío.

Por el momento la cifra oficial de muertos es de 43 personas, pero más de 10 continúan aún desaparecidas por lo que los equipos de búsqueda siguen rastreando entre los escombros del enorme puente Morandi.

Según el diario La Stampa, las familias de al menos 17 víctimas prefirieron no participar en la ceremonia oficial. Algunas optaron por entierros privados para boicotear la iniciativa de las autoridades.

El arzobispo de Génova, Angelo Bagnasco, quien ofició ayer una misa, retransmitida en una pantalla gigante para los habitantes de esta ciudad del norte de Italia, expresó "todo su respeto por quienes eligieron no querer unos funerales de Estado".

"Uno no debe morir por negligencia, por dejadez, por irresponsabilidad, por superficialidad, por burocracia", insistió el arzobispo de Nápoles, el cardenal Crescenzio Sepe, en la homilía del viernes dedicada a estos cuatro jóvenes, pronunciada en su ciudad de origen.

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FRASE

"Uno no debe morir por negligencia, por dejadez, por irresponsabilidad, por superficialidad, por burocracia”
Crescenzio Sepe, arzobispo de Nápoles

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