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Aretha

Cada que un artista muere, en plena era de redes sociales, surgen fans que lamentan la partida de la celebridad. Está bien, quizá eso ayude a revalorar la aportación musical de verdaderas estrellas en quienes no sabían incluso de su existencia, aunque claro, hay quienes expresan su pesar por el hecho de pertenecer, por sumarse a la moda, por no sentirse fuera del tema… porque hoy en día, más que nunca, nadie quiere sentirse fuera, relegado, echado a un lado.

La diferencia entre ellos y Aretha Franklin, es que ella sobrevivió a hombres que la golpeaban, salió adelante con hijos que tuvo desde los 12 años y estuvo comprometida con la lucha por el respeto a los derechos de la comunidad afroamericana, fue seguidora de Martin Luther King y muchas de sus canciones tenían la intención de comunicar a las mujeres que no debían sentirse menos nunca frente a los hombres. Hoy en día algunos tienen las redes sociales, Aretha tenía su voz, sus canciones y dolores profundos que deseaba escupir con un micrófono en la mano, no tenía más y no buscaba pertenecer, simplemente era, era ella con todas sus consecuencias.

Aretha Franklin cantaba ese pop que los blancos llamaron soul para separarlo del bubblegum pop, como etiquetaron a los cantantes blancos de los años 60, que básicamente eran producidos en los estudios de grabación y habitualmente eran artistas de un solo éxito, pop basura, como lo llamamos en los 90. Aretha se convirtió en la reina del soul porque nadie cantaba como ella cuando se trataba de expresar dolor y amor profundo, sentada al piano que aprendió a tocar sola y porque nadie le cantaba a Dios con tanto fervor como ella, algo que heredó de su padre, un reverendo. Y todo eso se advierte tan sólo de escuchar sus discos.

El viernes, una de sus hijas, compartió en redes sociales un video donde la cantante estaba sentada al piano, cantaba con ese vigor que da solamente la creencia de que cantar no sólo da vida, sino que se convierte en vida al escucharse.

Aretha nació en Detroit, donde se hizo la mejor música y la hicieron afroamericanos, produjeron en esa ciudad los mejores automóviles estadounidenses y fue el sitio que llenaron de drogas para minarlo. Lo que pasó en Detroit es todo eso que buscaron imitar cantantes como Britney Spears, pero no les alcanzó para trascender.

Aretha ganó nada más 18 premios Grammy por su excelencia, no por su cantidad de likes o reproducciones en YouTube. Aretha Flanklin navegó por aguas turbulentas y sucias y salió de ellas brillante, como ese cisne que nadie quería ver por el color de su piel, pero ella se las ingenió para meterse en la sangre y en el ADN de la música que no se olvida.

@WhoIsFranco

JJ/I