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'Aquarius''

El 17 de junio desembarcó el Aquarius, un buque con 630 refugiados rescatados en altamar, en las cosas valencianas. En una postura sin precedentes el gobierno español dotó a los migrantes con una autorización de 45 días. En este periodo quienes lo deseen y cumplan con los requisitos que estipula la ley podrán solicitar asilo.

Frente a una opinión pública que alaba la decisión, en días recientes el gobierno de Pedro Sánchez ha posicionado el tema en el siguiente nivel: la Unión Europea. Se ha propuesto la creación de un mecanismo estable europeo para acoger a los migrantes, sobre el entendido que no se puede estar a expensas de buenas voluntades de los gobiernos que deciden improvisar cada que los migrantes se aproximen a las costas.

Según fuentes del gobierno español, representantes de distintos países se reunirán en Bruselas con el objetivo de sentar las bases para la creación de un mecanismo estable. Al ser un tema inexplorado en los últimos años por la Unión Europea, es natural que exista un sinfín de preguntas con respecto a la propuesta del gobierno español.

Algunas de las interrogantes son: ¿Qué pasará con los migrantes que ya se encuentran dentro de las fronteras europeas? ¿Cómo convencerán a los países que se manifiestan en contra del reparto de los inmigrantes? ¿El mecanismo se puede financiar a través de un fondo especial o se puede financiar con los fondos de cohesión?

Los cuestionamientos son pequeñeces frente a la oportunidad que ofrece la propuesta del gobierno español. Aquarius, es la acción ejemplarizante que necesitaba Europa para hacer frente a la debacle de los últimos años en materia de política migratoria, asilo y acción humanitaria. El buque llegó a las costas de Valencia para poner un freno al espiral descendente de valores que se esparcía por Europa más rápido que la peste en la Edad Media.

 Aquarius representa un cambio de visión de 180 grados. En primer lugar, y cómo aspecto más importante, la decisión cargada de razón del gobierno de Pedro Sánchez reconoce el problema. Es decir, entiende que la migración es provocada por Estados en derrumbe o países sin Estado, que no ofrecen garantías de vida; en consecuencia, los seres humanos se ven obligados a trasladarse a otras tierras.

Aquarius, es el primer paso para salir de la crisis xenófoba que atraviesa el continente europeo. Claramente hay mucho camino inexplorado, pero lo importante es el cambio de rumbo.  A pesar de mantenerse en el telón de fondo la solidaridad entre los humanos ha dado un paso al frente, acciones como ésta le dan sentido a este espacio.

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JJ/I