Informe y educación

En el último Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto se utilizaron 738 páginas y uno de los cinco apartados fue titulado México con Educación de Calidad. Informe que seguramente el equipo de Andrés Manuel López Obrador y Esteban Moctezuma leerán con cuidado ya que a partir de tres meses tomarán el gran reto de llevar a México hacia la revolución educativa 4.0 de acuerdo con las exigencias que demanda la industria.

Peña Nieto destaca logros significativos en las metas que se propuso en términos de educación a partir de 2012. A través del llamado Pacto por México impulsó la reforma educativa entre otras estructurales que lo llevaron a obtener apenas 18 por ciento de aprobación de la ciudadanía y la molestia generalizada del magisterio. Ciertamente se incrementó la cobertura educativa y hubo grandes inversiones en equipamiento escolar. Se fortalecieron algunas políticas para controlar y dar orden al sindicalismo educativo. Se buscó favorecer la equidad educativa. Se han realizado enormes esfuerzos y se han implementado estrategias en no menos de 11 mil planteles de educación para buscar mejorar puntajes en las pruebas internacionales de evaluación educativa.

Sin embargo ser uno de los cinco sistemas educativos más grandes del mundo con una población heterogénea vuelve aún más compleja la gestión educativa. México aumentó la cobertura 10.7 por ciento a partir de 2012. Se trabajó con políticas para disminuir el abandono escolar, se establecieron nuevas normas para el ingreso, evaluación, permanencia y promoción para los docentes y los directivos. Otro esfuerzo fue el Programa Escuelas de Tiempo Completo y el Programa Escuelas al Cien. Ningún esfuerzo será premiado si no hay un resultado y es el caso de México.

Aunque la Reforma Educativa reconoce el derecho a una educación de calidad, todo queda en un enunciado prometedor pues las cifras dicen que falta mucho por hacer ya que los resultados en matemáticas han aumentado, en promedio, en cinco puntos cada tres años entre 2003 y 2015 y los de ciencias se han incrementado en promedio en 1.7 puntos en los resultados de la PISA. Si bien la OCDE ha publicado y reconocido los esfuerzos en políticas que se han venido mencionando, también muestra que los estudiantes de 15 años que van terminando la secundaria no han adquirido las competencias relevantes para participar activa y plenamente en una sociedad globalizada y competitiva. Así que mientras nuestros estudiantes no dominen el inglés, la tecnología, la ciencia, las matemáticas, el emprendimiento y la educación financiera, si no leen y escriben con propiedad, si no ejercen los valores universales y son hábiles en el manejo de sus emociones, mientras no trabajen colaborativamente en proyectos de innovación y creatividad; los informes podrán ser alentadores pero la realidad es que falta mucho por hacer.

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