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Destete psicológico

El único amor perfecto es el del padre por su hijo, escribió Enzo Ferrari; sin embargo, no siempre es así. Aunque padres y madres debieran amar desinteresadamente, ese inmenso amor en ocasiones se transforma enfermiza y peligrosamente en un delicado problema. Hay madres que por diversas circunstancias van anclando su vida a la de los hijos, generando una relación simbiótica tóxica que impide cortar el cordón umbilical psicológicamente al sentir que los hijos deben estar atados y endeudados por siempre, por haberles concedido la vida.

Erich Fromm describía la simbiosis como la relación de dos seres, donde uno de ellos absorbe al otro impidiendo la plenitud de la felicidad al manipular con autoritarismo su actuar, volverlo sumiso y así privarlo del valor más grande del individuo que es la libertad. La simbiosis se incrementa con la edad de la madre, cuando el padre es débil o no existe, cuando los hijos crecen e intentan independizarse.

En una sana relación tríadica (padre, madre e hijo), será más difícil que se de dicha situación. Una madre asfixiante y sobreprotectora termina por volverse una acosadora que buscará la sumisión del hijo. Una madre simbiótica es fácil de identificar ya que gusta de ser protagonista ante las amistades de los hijos, invade su privacidad y se vuelve espía, impide los noviazgos especialmente cuando la pareja suele ser un peligro para separarla de sus hijos, subestima a los propios hijos para evitar su superación, manipula con la culpabilidad y la humillación publicando ante la sociedad los errores o defectos del hijo, iniciando así un abuso emocional que puede extenderse manipulando yernos, nueras y nietos.

El destete psíquico que debe ocurrir en la adolescencia se impide con mayor frecuencia en sociedades donde distintas familias viven en una misma casa. La madre debe fortalecer su autonomía social, afectiva, emocional y económica frente a la vida para que pueda destetar, cortarse el cordón y soltar a los hijos. Poner distancia física y psicológica será indispensable para la salud mental.

De ahí la importancia como padres de crecer en salud física, mental y en nuestras relaciones sociales e íntimas, de tener independencia económica y dar independencia a los hijos,  respetar sus amistades, espacios y vivir lo que escribió Gibran Kahlil Gibran: “Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma, no vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen”.

Los hijos por su lado, deben eliminar el sentimiento de culpabilidad al alejarse y separarse de un padre o una madre que no cumple la principal función en su vida que es promover la paz, la felicidad y la superación de los hijos.

Opinión de:

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@Saucedodlallata

JJ/I