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Quinto Patio

Luego de que lo cesaron como director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), Luis Octavio Cotero Bernal ha formulado graves señalamientos. Van algunos: al gobernador Aristóteles Sandoval “le importa más su ego que buscar a los desaparecidos”; desde hace más de dos años existe la crisis de no tener dónde sepultar los cadáveres no reclamados, sin que se preocuparan las autoridades por construir criptas; a la Fiscalía Central le avisó que no cabían más cuerpos en el instituto y le respondieron que avisarían al entonces fiscal general, Eduardo Almaguer, por lo que se compró el primero de dos tráileres con caja refrigerada; el destino final de los cuerpos no es responsabilidad del IJCF, sino de la fiscalía.

Cotero Bernal, quien teme por su seguridad y tiene una hija desaparecida, denunció que su despido es una venganza porque discrepó de la versión oficial sobre la muerte de los tres estudiantes de cine. A la fecha hay 444 cuerpos en espera de ser identificados o inhumados. El gobierno estatal “no busca a los desaparecidos porque no es negocio”, sostuvo. (Lo sucedido no sólo exhibió la ineficiencia del gobierno estatal para resguardar los cuerpos sin vida, sino que muestra oooootra vez cómo ha sido indetenible el incremento de crímenes. A los fallecidos y a sus familias se les revictimiza no sólo al incumplirse la ley, sino con violencia simbólica gubernamental).

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Lo sucedido con los 157 cuerpos que en cuatro días los trasladaron a cuatro sitios distintos tiene otras reacciones. Frente al palacio de gobierno, el colectivo de familias con desaparecidos Por Amor a Ellxs entregó una carta al presidente electo Andrés Manuel López Obrador en la que le informan que la decisión del gobernador no tiende a castigar a quien, conforme a derecho, tuvo responsabilidad. O sea, no fue Cotero Bernal. Demandan agilizar y transparentar los procesos de identificación, cesar las simulaciones y atender las causas de fondo de esta tragedia humanitaria.

Las comisiones nacional y estatal de Derechos Humanos también intervinieron para expresar su total indignación por el trato a los 157 cadáveres y demandar que se investigue, se lleve ante la justicia a los responsables y se les sancione, “ya que este caso no debe quedar en la impunidad”. Preguntas a bote pronto: ¿caerá alguien de la Fiscalía General o de plano se le deslindará de cualquier responsabilidad?, ¿la fiscalía se investigará a sí misma?, ¿investigará lo dicho por Cotero?, ¿realmente indagarán qué sucedió y transparentarán la información?, ¿habrá alguna autocrítica del alto mando estatal?

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Uno era el agua y otro el aceite, o al revés volteado, si quieren, pero ayer ¡estuvieron juntos! La visita de AMLO a Guadalajara hizo lo que parecía im-po-si-ble: que se sentaran alrededor de una mesa, frente a frente, el gobernador electo Enrique Alfaro y su ex contrincante, el futuro delegado federal Carlos Lomelí. En palacio de gobierno ambos participaron en la reunión con el propio López Obrador y el gobernador Aristóteles Sandoval.

Suponemos que Lomelí y Alfaro se portaron muuuuy bien. No se sacaron la lengua, no se lanzaron adjetivazos poselectorales, no se patearon bajo la mesa, no se mofaron uno del otro, ninguno aventó como en la escuela secundaria un ligazo con cáscara de naranja al otro. ¡Hasta se dieron la mano afuera de palacio! Alfaro, sin voltear a ver a Lomelí; Lomelí, ídem. Ambos seriesotes. Incluso acordaron reunirse de nuevo para aterrizar la próxima semana los temas acordados con AMLO, quien con esto dejó claro quién es su brazo fuerte en Jalisco. Lo divertido es que en el comunicado oficial del equipo de Alfaro ni siquiera mencionan que en la reunión estuvo Lomelí. Le aplicaron un nuevo tipo de desdén político: el fuchi informativo.

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Después de la reunión en palacio de gobierno circuló en redes sociales una fotografía de López Obrador con Alfaro. En la comilona, en un restaurante de la ciudad, estuvieron también Esteban Garaiz y Enrique Ibarra. En la mesa del frente, aseguran morenos, estaba Lomelí. Que no hubo exclusión, sino cortesía política, a lo que contribuyeron los afilados colmillos de Garaíz e Ibarra.

Horas más tarde, en el evento multitudinario como parte de su gira del agradecimiento, el presidente electo aclaró: “Necesitamos la reconciliación y la unidad nacional, por eso me reuní con el gobernador de Jalisco, tanto con el actual como con el electo (...) No vamos a confrontarnos, tenemos que llevar la transición de manera pacífica, respetuosa, por el bien del país, con madurez política”. Aunqueeeee ahí mismo agregó: “Aquí está el que va a actuar como coordinador”, señalando a Lomelí. O sea, reiteró quién tendrá gajos en tierra de naranjas.

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JJ/I