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Los cadáveres ambulantes

Esa frase parece el título de una mala película de zombis y, sin embargo, es un reflejo de una realidad muy grave que afecta a nuestro estado. Como se sabe, en estos días se hizo público el hecho de un tráiler que contiene 157 cadáveres sin reclamar que anduvo deambulando por varios municipios del Área Metropolitana de Guadalajara, y hasta donde se sabe hay otro tráiler con más cadáveres. Dichos cadáveres están, se supone, bajo custodia de la Fiscalía General de Estado (FGE) y del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF).

La noticia ya alcanzó nivel internacional, pues por lo menos el New York Times la retomó en un artículo bastante extenso. Ante esta situación, el gobernador de Jalisco hizo lo que seguramente sus secretarios le aconsejaron: demostrar que, aparentemente, está tomando cartas en el asunto. Y como en nuestro estado al parecer no importa quién la hizo, sino quién la pague, fue despedido Luis Octavio Cotero, quien estaba a cargo del IJCF, pese a que hay más personas involucradas en el asunto, y tal vez con mayor responsabilidad.

Pues a todo esto, el titular de la fiscalía, Raúl Sánchez, se encuentra, oficialmente, de vacaciones fuera del estado, y sin embargo él, junto con Eduardo Almaguer y Luis Carlos Nájera, quienes le antecedieron en el cargo, son quienes deberían explicar qué ocurre, porque el problema no es que haya 300 o 400 cadáveres sin reclamar, sino que estén ocurriendo tantos asesinatos.

El problema, el real, es el nivel de impunidad que padecemos, pues de acuerdo con un informe de la organización México Evalúa, la posibilidad de no ser castigado por cometer un delito en Jalisco es de 99.3 por ciento, la más alta del país. Ante esas cifras, como lo comenta mi colega Guillermo Zepeda, lo sorprendente no es que haya tantos asesinatos, sino que no ocurran más. Pero de eso deben dar cuenta quienes han estado a cargo de la Fiscalía General, y el secretario general de Gobierno, Roberto López, pues una buena parte de esa impunidad al parecer es consecuencia de la deficiente manera en que se implementó el nuevo sistema de justicia penal en nuestro estado, algo que le correspondió supervisar.

Con todo esto, lo claro es que el principal cadáver ambulante es el del modelo de fiscalía que implementó Aristóteles Sandoval al tomar posesión del cargo de gobernador, con el respaldo del Congreso de Jalisco, incluido el principal partido de oposición, Movimiento Ciudadano, que ahora tiene ante sí la posibilidad y responsabilidad de corregir esto. Y para ello integrantes de la sociedad civil, la iniciativa privada y la academia elaboraron una propuesta con los mínimos que debe contener un nuevo modelo de fiscalía para asegurar que cumplirá su función de procurar la justicia en Jalisco, y reparar en la medida de lo posible los daños causados por la delincuencia.

Implementar una fiscalía que le sirva a la ciudadanía requerirá que desaparezca la organización actual, se indemnice a todas las personas que laboran en ella, y se contrate a personal nuevo, por medio de concursos de oposición, para asegurar que se eliminarán los vicios que aún persisten. Y, además, es necesario que su titular sea independiente de los partidos y otros poderes fácticos que quieran utilizar la fiscalía para sus fines particulares, y no para procurar la justicia y la sanción de quienes más daño producen a nuestra población.

Y además, el IJCF debe contar con un presupuesto suficiente para que tenga la capacidad de aportar elementos científicos que permitan identificar con un alto grado de certeza a los probables culpables de los delitos más graves que se cometen en nuestra entidad, y de paso suprimir la tortura como parte del proceso de “investigación”.

Desafortunadamente, hasta el momento nuestra clase política local parece seguir aferrada a seguir manteniendo las cosas como están, pese a que ya no hay lugar para tantos cadáveres en la morgue.

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@albayardo

JJ/I