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El Rebaño, un gran generador de genios

(Foto: Imago7)

El Club Guadalajara ha sido el sitio donde se han formado y brillado mediocampistas memorables en el futbol mexicano.

Actualmente el técnico José Saturnino Cardozo se ilusiona con el joven Alan Cervantes de 20 años, pero detrás de él hay una historia de jugadores que se desempeñaron en una zona que es clave en cualquier equipo para contener, recuperar, pero sobre todo crear situaciones de peligro que inclusive puede concluir el propio jugador.

Uno de los primeros y más recordados es Juan Bigotón Jasso, quien perteneció al selecto grupo del Campeonísimo que se convirtió en leyenda al sumar ocho títulos de liga de 1957 a 1970, y de los cuales él participó con su talento en siete de ellos.

El Bigotón tenía un físico corpulento, y dicha fuerza la empleaba para empujar al equipo hacia el frente.

Al retirarse Jasso ya venía atrás Alberto Onofre, quien al contario de su antecesor no contaba con una complexión amplia, sino todo lo contrario, era delgado y alto, pero con gran creatividad en los pies y un certero remate de cabeza.

De la misma generación de Onofre apareció Raúl Willy Gómez, quien se distinguió por su insólita habilidad para desbordar, siempre buscando el arco rival.

En la década de los 80 llegaría a Chivas, procedente del Tampico Madero, uno de los mediocampistas más talentosos del futbol mexicano: Benjamín Galindo.

Bautizado como El Maestro por su toque fino y su visión para colocar el balón en los pies de sus compañeros y en las redes enemigas, se consolidó como un referente de cómo orquestar a un equipo.

A mitad de la década de los 90 aterrizó en el Rebaño un nayarita que provenía del Santos Laguna: Ramón Ramírez. El volante ofensivo jugaba por la zona izquierda, pero de igual forma podía recorrerse al medio campo en donde arrancaba con velocidad y era imparable. Hoy en día es recordado como uno de los mejores en su puesto.

Al salir Ramírez fue reemplazado por el michoacano Ramón Morales, quien jugaba como lateral o volante por izquierda y destacó por su rapidez y buen disparo de media distancia.

Adolfo Bautista, quien era un tipo versátil, podía ser un 10 para gestar peligro, pero también se desenvolvía en el ataque como un delantero mortal.

Los últimos mediocampistas talentosos son Marco Fabián y Rodolfo Pizarro.

Hoy, Cervantes tiene la oportunidad de escribir un capítulo nuevo entre dichos personajes.

JJ/I