INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Transparencia de los cadáveres

La acumulación descontrolada de cadáveres sin identificar es una manifestación más de la postergación sistemática de los problemas de justicia.

Su anonimato, entre tantas y cada vez más desapariciones de personas, acentúa significativamente ese vacío.

El trajín de uno de los tráileres que han servido como almacén provisional para un número dudoso de cuerpos (las cifras han cambiado drásticamente) en distintos grados de descomposición no tiene explicación lógica.

He intentado explicar la situación de los tráileres con los datos disponibles a algunas personas y no lo creen. De entrada no creen que el gobierno permitiera algo así o que no supiera de esa crisis, como ha querido el gobernador convencer a la sociedad jalisciense.

Parte de lo increíble es que no existiera un procedimiento para resguardar a las víctimas. Hay quienes todavía piensan que se puede recurrir a las fosas comunes o a la cremación, pero al explicarles que desde hace años lo prohibieron distintas leyes, se preguntan por qué entonces no construyeron un lugar para poner los cadáveres desde que salieron esas leyes.

Siento que estoy viviendo la trama de una novela de Jorge Ibargüengoitia, que con un humor mordaz e irreverente narraba el absurdo de muchos aspectos de la sociedad mexicana y las sociedades modernas en general. Leo en los diarios que traen cientos de cadáveres congelados de gira por la ciudad. Que los vecinos se indignan por el olor. Que los gobernantes dicen que nada sabían.

A veces me da risa lo novelesco del asunto, o cuando veo memes acerca de la ridiculez de todo lo que ha pasado, pero precisamente en esa sátira está implícito lo espeluznante de esos muertos fríos y tiesos, remolcados de aquí para allá, y es entonces cuando todo el espectáculo me aterra.

Se convirtió en espectáculo cuando al gobierno le estalló el petardo en las manos y tuvo que salir ante las cámaras a actuar consternado, a hacer como que le importaba un problema que de hecho había relegado a último término por años y años.

Se consolidó como espectáculo con todas las declaraciones posteriores ideadas para desviar la atención hacia la inquisición de culpables y a decir que eran solidarios con los familiares, respetuosos de la ley y shalalá.

El espectáculo se les descontroló completamente y toda la sociedad jalisciense mostró preocupación en lo privado en las charlas cotidianas, en la insatisfacción de lo político; en lo público, las organizaciones civiles exigieron dignidad para los muertos y verdadera solidaridad, verdadero respeto a la ley.

Pero el gobierno de Jalisco no sabe de compasión (cum passio, padecer con el otro), sólo sabe de imagen, de palabras vacías, de reacciones improvisadas, que no de soluciones.

Este sexenio que termina en medio de una crisis de derechos humanos por la indolencia en el manejo de cadáveres anónimos, con creciente cantidad de homicidios y delitos violentos, será recordado como el sexenio de los muertos y los desaparecidos.

Éste es el sexenio en que el crimen organizado le ha ganado a las instituciones del Estado batallas cruciales no sólo en lo táctico, sino en sembrar el miedo y la desconfianza en la gente.

Es muy posible que una guerra de grupos antagónicos del narcotráfico haya colmado la morgue, pero eso no ocurriría en un estado de derecho libre de corrupción porque los homicidios serían la excepción y no la regla, excepciones para las que existirían suficientes recursos humanos destinados a la investigación y procuración de justicia.

A 10 semanas de pasar la estafeta al próximo gobierno estatal, lo más honesto que podría hacer el actual es admitir llanamente la responsabilidad que tuvo en omisiones graves en materia de derechos humanos y de apego a los procesos penales.

Más allá de repartir castigos, que no solucionan nada aunque son necesarios, necesitan humildad para transparentar a la sociedad y a los próximos funcionarios todas las deficiencias en ciencias forenses, en procuración de justicia, en seguridad pública, y evitar así caer en lo ibargüengoitiesco.

@levario_j

JJ/I