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Pornochat desde el Senado

No hay materia qué sancionar. Así de rápida y simple fue la solución que el Partido Acción Nacional dio al escándalo que desató el senador por Tamaulipas Ismael García Cabeza de Vaca, captado mientras sostenía una conversación privada en un chat sexual en torno a la fotografía de una joven.

El sexting exhibe referencias a trata de personas con fines de explotación sexual. Al senador le piden contactos “del padrote” para llegar a la joven y él expresa estar interesado también.

En una sesión en la que comparecía el secretario de Hacienda con motivo del sexto informe presidencial, el hermano del gobernador de Tamaulipas prefirió centrar su atención en su teléfono móvil y tejió una serie de hechos desafortunados que lo exhibieron a él, al recinto legislativo y al partido albiazul.

Primero: pisó una llaga sumamente dolorosa y para nada motivo de una broma inapropiada, como le llamó el senador a su proceder. En México, 82 por ciento de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres y niñas.

Segundo: el senador representa a una entidad cuyas cifras de feminicidio y violencia de género lo ubican entre los 10 estados con mayor índice de estos flagelos.

Tercero: el legislador portaba el moño naranja que representa el rechazo a la violencia contra las mujeres en la solapa de su traje, pero al prestarse a una conversación misógina y cosificando a otra persona lo que se interpretó es que usa el distintivo como mera pose política, no por convicción.

Cuarto: García Cabeza de Vaca exhibió laxos códigos de ética, disciplina y comportamiento honorable en el recinto de San Lázaro. De paso, demostró que los legisladores en todo pueden estar, menos en lo que se dice en la tribuna, y abonó a la ya de por sí mala reputación que se han construido estos servidores públicos.

El colofón de toda esta trama que ha despertado indignación social es la impunidad.

El presidente del PAN, Marcelo Torres Cofiño, dice que en su partido se solicita tener un modelo de vida ejemplar y que en este caso todo ocurrió por una conversación privada y por tanto no hay sanción.

Para el partido, García Cabeza de Vaca está tan libre de culpa que ayer, respaldado por su grupo parlamentario, el senador ofreció una rueda de prensa para emitir una segunda disculpa y comprometerse a ser un ejemplo de respeto y defensa de los derechos de las mujeres.

Martí Batres, presidente de la Mesa Directiva del Senado, se limitó a tuitear que instruyó a las áreas jurídicas del Senado para que analicen la situación y determinen lo conducente.

¿Cómo qué podría ser lo conducente? El caso de Hiram Monserrate, expulsado del Senado en Nueva York en 2010 por incurrir en violencia de género (un hecho que, por cierto, los senadores mexicanos aplaudieron entonces), puede ser un punto de partida para Batres. Aunque, claro, que para llegar a una decisión de ese tamaño primero se requiere una mayoría calificada y objetiva, sin motivos políticos ni arbitrariedades.

Si en realidad la directiva del Senado está dispuesta a escuchar a la sociedad, lo que ésta demanda es congruencia entre dichos y hechos. Demanda, por lo pronto, una sanción y que se abra un debate en torno a un código de ética, régimen disciplinario y mecanismo de expulsión. Esto también puede ser lo conducente.

Mientras el Senado se decide, la sociedad ya castigó con el escarnio a quien ahora se le llama “el senador del pornochat” y lo que menos espera es impunidad.

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JJ/I