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Biblioteca vacía

Nunca imaginé que una escultura pública reflejaría de modo tan contundente y mordaz la relación de los gobiernos municipales y el estatal con el libro, como la inaugurada esta semana en el camellón de la avenida México en la intersección con Beethoven, obra de Jorge Méndez Blake y titulada Biblioteca vacía.

Se trata de una serie de paneles de concreto armado que semejan libreros o estanterías de diferentes alturas y que fueron dispuestos en paralelo a la avenida principalmente y otros de modo perpendicular, algunos pequeños que servirán de banca y otros altos de 16 estantes y 4 metros de altura. Debido a la disposición, a las dimensiones y al material, la escultura parecería integrarse desde ya con su entorno, máxime que enfrente están construyendo un edificio de concreto de formas análogas.

Dijo el artista que empezó “a trabajar la idea de las bibliotecas que no tienen libros, del librero como elemento principal de una biblioteca y como elemento arquitectónico o escultórico para construir cosas. Estamos en un momento en el que reflexionamos mucho sobre el libro, primero estuvo la etapa en la que el libro se perdería con el ebook y no desapareció”, y luego definió el sentido de su obra: “Biblioteca vacía puede representar para mí dos cosas: que está empezando una biblioteca o que se está terminando su era” (El Informador, 31-05-2018).

Además de un pequeño paraíso del parkour y de tentarme a llenar los estantes vacíos con miles de libros para alguna causa común o para manifestar algo, la escultura de Méndez Blake es una metáfora del abandono de las bibliotecas públicas de Jalisco en los dos órdenes políticos. El gobierno estatal, administrador de una red de 282 bibliotecas, no gasta un solo peso para comprar libros, es decir, desatiende a los lectores dejándolos a su suerte con libros maltratados, desactualizados o carentes de interés. Luego, en algunos casos, los ayuntamientos han convertido las bibliotecas en los gulags a donde mandan a los burócratas que quisieran despedir, pero no pueden, y esto se traduce en pésimo servicio al usuario. ¿Y luego cómo no sorprenderse por la ausencia del público lector?

Las bibliotecas públicas de Jalisco están vacías de lectores, están vacías de novedades y atención, están vacías de ideas, creatividad y entusiasmo.

Opinión de: @LibracoFP

JJ/I