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El retrato como forma de intimidad

Protagonistas. Las fotografías exponen los rostros de los personajes que tienen que ver con la creación o difusión del arte y la cultura en la ciudad. (Foto: Mónika Neufeld)

Ayer el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara inauguró una nueva exposición en tres de sus salas, que muestra varios de los rostros que se dedican a la producción artística en la ciudad: Reflejos encontrados, de Maj Linström.

Desde su llegada a Guadalajara Maj ha trabajado para varios medios de comunicación y se ha dedicado de manera profesional a hacer retratos de varios personajes de la cultura y las artes.

“Me encanta el retrato, como forma de arte, pero el ejercicio en sí mismo siempre me ha parecido interesante. A mí misma me encanta ver retratos de artistas que ya no están entre nosotros, las formas en que hablan del artista, de sus materiales y los espacios en los que se desenvuelve”, dijo en la presentación de la exposición.

De manera aleatoria y en varios formatos, las fotografías muestran los rostros de artistas como Mónica Leyva, Octavio Abúndez, Karian Maya, Javier Cárdenas Tavizon, Olga Gutiérrez, Cristian Franco, Xel-Ha López, Jorge Méndez Blake, Cecilia Hurtado y Gonzalo Lebrija por mencionar sólo a algunos.

Cada retrato es una manera de adentrarse en el mundo de cada uno de los artistas que posaron. Algunos fueron retratados de manera más convencional, otros en medio de la acción artística, en sus guaridas donde las grandes obras surgen o en movimiento, donde el cuerpo es el protagonista. Se trata de 74 piezas que retratan a 60 artistas y dos vídeos que señalan procesos específicos donde aparecen varios rostros sobre todo de la escena contemporánea tapatía.

La artista expresó que aunque todas las selfies tienen su propio valor estético, no concibe su trabajo como un simple ejercicio de la fotografía sino que es un trabajo de intimidad.

“Me gusta conocer a las personas, escuchar sus historias y enamorarme de ellas. Creo que en ese sentido es algo más intuitivo porque no es que vaya con un plan armado. Todo lo dirige mi curiosidad y el amor”, dijo.

Sobre las herramientas que utiliza dijo que más allá de la lente y del ejercicio de presionar el obturador, “todo depende de la luz”.

Las imágenes que se exponen, detalló Mónica Ashida, la curadora, no son una muestra del arte y la cultura tapatíos –ya que harían falta nombres– sino el inicio de un ejercicio histórico que busca contar las historias de estos personajes que se involucran en la creación de maneras distintas.

Sobre la selección de obras dijo que el trabajo constó de darle una especie de orden y un criterio común a un trabajo vasto. “Queríamos señalar esta forma de crear independientemente de que en la foto los protagonistas sean otros en un sentido de documento, de inmortalización. Es una dinámica atractiva no solo por su calidad, profesionalismo, técnica impecable y ojo entrenado, sino de su forma de representar, de crear nuevas formas de representación dentro del ejercicio del retrato. En cada uno de ellos se nota su personalidad y su colaboración con el retratado. No es alguien que registra, es alguien que crea”.   

“Es una forma de ver”, dijo Laura Ayala, directora de exposiciones del Musa, “los artistas que se exponen de estas maneras distintas”

JJ/I