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El riesgo de jugar sólo con jóvenes

(Foto: Especial)

Para el Mundial Argentina 1978, el entonces técnico José Antonio Roca decidió apostar por una fórmula que nadie había experimentado antes: jugar con un grupo de jóvenes.

El que fuera técnico del América decidió romper con la vieja guardia del principio de la década de los 70 y se enfocó en llevar a una nueva generación que prometía, pero que no estaba madura para encarar la exigencia de una copa del mundo.

Roca dejó fuera a gente como el portero Ignacio Calderón, Rafael Puente y otros elementos que si bien no habían sido mundialistas tenían más experiencia en el futbol mexicano como Raúl Willy Gómez y José Luis Real.

A ello se agregaba que el delantero Enrique Borja se había retirado, por lo que recurrió a gente con un buen proceso en selecciones juveniles, pero sin la experiencia de un mundial como era el caso de porteros Pilar Reyes y Pedro Soto, así como Guillermo Wendy Mendizábal, Víctor Rangel y Hugo Sánchez, quien llegó a Argentina con 19 años.

Los más veteranos eran Arturo Vázquez Ayala con 29 años, y Leonardo Cuéllar con 24.

El resultado de aquel experimento osado y ambicioso fue la peor participación de una Selección Mexicana en un mundial de futbol al ubicarse en el último lugar general con ningún punto, 12 goles en contra y dos a favor, además de la peor goleada en su historia mundialista al caer 6-0 ante Alemania.

En el siguiente ciclo mundialista, pocos de aquel grupo fueron tomados cuenta, por lo que dicha generación se perdió.

da/i