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Salir del closet es tarea de todos

El 11 de octubre se conmemoró el Día Internacional para Salir del Closet. El trabajo en este día no solo va orientado a motivar a quienes viven con una orientación sexual distinta a la heterosexual a visibilizarse, sentirse orgullosos y proyectarse como seres humanos libres y sin ataduras sociales que les impidan disfrutar de las mismas condiciones de bienestar que los demás. Es una invitación a dialogar sobre estos procesos y analizar las implicaciones existentes que no solo son inherentes a quienes los viven, sino que nos corresponden a todos quienes compartimos en los espacios sociales.

Este día representa una invitación para todos a cuestionarse sus actitudes, conductas y expresiones que pueden reproducir este sistema heteronormado y hegemónico que replica actitudes machistas y de rechazo hacia todas aquellas expresiones distintas a la heterosexual; que nos preguntemos si en nuestros discursos y formas de vincularnos con el mundo no estamos oprimiendo e invisibilizando otros discursos o formas de expresión; si cuando señalamos una práctica como incorrecta o incorrecta, no lo estamos haciendo desde nuestra moral y no con la ética, siendo esta última quien debería regir las interacciones sociales.

Es cierto que el trabajo al salir del closet implica un proceso de autoaceptación que es de índole personal y de carácter forzosamente individual, pero será necesario que consideremos que en ese proceso aparentemente individual el medio social juega un papel fundamental que permea el éxito o fracaso del mismo. Desafortunadamente para muchas personas que viven este proceso de aceptación y expresión de su sexualidad los contextos no son favorecedores, muy por el contrario lastiman, invalidan y retrasan.

Por todo lo anterior es importante reflexionar y hacer consciencia de varias situaciones, no es solo pronunciarnos como “gayfriendly” o “muy progres”, es dar la mano, acompañar, modificar actitudes y vigilar nuestras prácticas, no es solo decir, “si alguien me necesita en esos momentos, yo le ayudo” o tener expresiones como: “yo respeto a todos” y “soy muy abierto”. Esas frases quedan en el aire, muchos no buscan, no tienen ese privilegio o facilidad, y sería interesante buscar que con prácticas, conductas y expresiones libres de estigma, discriminación y violencia, generemos contextos de inclusión, respeto y sobre todo humanidad.

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da/i