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Trump amenaza con cortar ayuda a Honduras por caravana

(Foto: AP)

Guatemala. Unos dos mil migrantes hondureños reanudaron el martes su marcha hacia al norte desde Esquipulas, Guatemala, mientras el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con cortar la ayuda que su país otorga a Honduras si no detiene la caravana que busca llegar a su país.

Trump lanzó la advertencia en un mensaje en su cuenta de Twitter.

La posibilidad de que Honduras detenga la caravana parece limitada debido a que los migrantes lograron cruzar el lunes hacia Guatemala, sin registrarse ni realizar trámites migratorios. Cientos de personas que huyen de la pobreza y la violencia en su país pasaron la noche, algunos a la intemperie, en la comunidad de Esquipulas.

“Estados Unidos ha informado de manera enérgica al presidente de Honduras que, si la gran caravana de personas que se dirigen a Estados Unidos no es detenida y regresada a Honduras, no se dará más dinero o ayuda a Honduras, con efecto inmediato”, escribió el mandatario estadounidense.

Autoridades mexicanas también han advertido a los migrantes que si no cumplen los requisitos migratorios necesarios para entrar al país no se les permitirá que crucen la frontera con Guatemala.

A pesar de la larga jornada de la víspera caminando con los pies hinchados y adoloridos y de dormir en el suelo con sus ropas puestas, pocas frazadas y niños enfermos, los migrantes estaban de pie a la madrugada.

Empujando carros, niños, mujeres, hombres y ancianos avanzaban escoltados por patrullas de la policía. La solidaridad es manifiesta: primero avanzan las mujeres y los niños, algunos gritan cuando un carro se detiene y otros acuden en ayuda de las mujeres que se han cansado de llevar a los pequeños en brazos. Algunos guatemaltecos les acercan agua, comida y caramelos.

Entre los caminantes se destaca la silla de ruedas en la que se transporta Nery José Maldonado Tejada, de 29 años. La silla es tan vieja que una de las ruedas ya no tiene la goma que amortigua los golpes.

El hombre, que no tiene esposa ni hijos, perdió ambos pies en un accidente en 2015 en su primer intento por llegar al gran país del norte en la Bestia, el apodo de la red de ferrocarriles de carga que une las fronteras sur y norte de México y que es empleada por los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.

Maldonado intentó subir al tren en movimiento pero una de sus rodillas se trabó y resbaló. Cuando recuperó la conciencia ya no tenía sus extremidades. “La misma velocidad del tren me metió hacia adentro. Yo me decía ‘¿estoy vivo o estoy muerto?’. Me quise parar pero no sentía nada, me mire los pies destrozados”, recordó.

Pese a aquella dolorosa experiencia intentará llegar otra vez a Estados Unidos porque “allá me pueden poner una prótesis en mis pies y voy a poder caminar y trabajar, porque mis manos las tengo bien”, dijo mientras un amigo empujaba su silla y él se protegía del sol cubriendo su cabeza con un suéter.

Antes de partir los migrantes acudieron a la Basílica de Esquipulas, ubicada a unos 220 kilómetros de la capital guatemalteca, para escuchar misa y recibir la bendición del Cristo Negro, venerado por los católicos de la región.

José Francisco Hernández, de 32 años, dijo que espera conseguir trabajo y mejorar su calidad de vida.

“En Honduras no hay empleo y el empleo que hay no nos alcanza... No podemos ir a la ciudad porque está llena de mareros y eso nos está afectando. Decidimos migrar del país para ver si logramos una vida mejor”.

Al parecer, a la caravana inicial se ha sumado más personas. Un sacerdote de Esquipulas que no quiso dar su nombre dijo que ellos habían alimentado a más de dos mil personas en uno de los tres albergues que ocuparon.

Esquipulas fue a mediados de los años 80 el centro de las conversaciones de paz entre los presidentes centroamericanos que buscaban entonces ponerle fin a décadas de guerras sangrientas en la región.

Karla Maldonado tiene solo 16 años pero está decidida a migrar. La adolescente viaja con su prima Gabriela Natareno, de 27. “Yo estudiaba primero básico, pero me voy porque quiero algo mejor”, explicó. La joven confía en que podrá llegar a Estados Unidos y aseguró que no tiene miedo de que las separen.

La advertencia de Trump llegó apenas cinco días después de que el vicepresidente Mike Pence les asegurara a los mandatarios de Honduras y Guatemala y al vicepresidente salvadoreño que Estados Unidos incrementaría su ayuda para combatir la inmigración ilegal y generar crecimiento económico si los tres países hacían su propio esfuerzo.

Natareno dijo que la culpa la migración es del presidente hondureño Juan Orlando Hernández, “que mantiene al país sumido en la pobreza y la corrupción”.

“Yo hasta le mandé una carta para que nos ayudara y nunca hizo nada”, sostuvo.

Desde que la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte se lanzó en 2014, Washington ha comprometido dos mil 600 millones de dólares en cooperación para América Central entre 2015 y 2018, mientras que los países de la región han comprometido de manera conjunta un aporte de ocho mil 600 millones de dólares.