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Cambio climático: el infierno de +2°C

Las últimas semanas ha sido trending topic el impacto inminente del cambio climático en el mundo y particularmente en México debido a la publicación de dos reportes.

El primero de ellos titulado Pérdidas económicas, pobreza y desastres 1998-2017, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, sitúa México como el noveno país (de los 193 miembros de la ONU) más golpeado por el cambio climático… con un costo de 46.5 mil millones de dólares en los últimos 20 años.

El segundo de ellos, elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), hace un recuento del impacto que ha tenido que hoy el mundo esté 1 grado centígrado más caliente que en tiempos anteriores a la industrialización y anticipa los daños que se generarían de llegar a 1.5 y a 2 grados centígrados por arriba.

Estos daños incluyen la desaparición de arrecifes de coral, aumento del nivel del mar en 46 centímetros, caída en la productividad de cultivos clave (maíz, arroz, trigo) y caída en la pesca.

Según el reporte del IPCC, México sería especialmente vulnerable ante los efectos del cambio climático debido al alto nivel de pobreza y a la exposición que tenemos a fenómenos climáticos como huracanes, lluvias extremas y sequías.

Según un comunicado del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), México necesita invertir 130 mil millones de dólares para cumplir sus metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, pero el costo de la inacción para atender los efectos del cambio climático ascendería a 143 mil millones de dólares en el mismo periodo.

Siendo tan grave la situación, ¿por qué no se dan pasos más contundentes para mitigar las emisiones en todo el mundo?

Desafortunadamente tomar decisiones a escala global es algo lento y complicado, y esto ha ido empeorando en tiempos recientes por el efecto Trump.

En 1997 se firmó el Protocolo de Kyoto por 192 países que planteó obligaciones a éstos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero que el Senado de Estados Unidos se negó a ratificar.

Fue hasta mayo de 2014 que la Casa Blanca de Obama, en una acción que parecía cambiar la dirección de la posición del gobierno en EUA, publicó un reporte en el que informó a la población de que el cambio climático no sólo era real, sino que sus efectos ya estaban comenzando a manifestarse y había que empezar a tomar medidas para prepararse para ellos.

El 12 de diciembre de 2015, al finalizar la 21ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, abreviada como COP21, se firmó el Acuerdo de París, que fue adoptado por consenso de los 195 países participantes y se convirtió en el paso más sólido que se ha dado en el esfuerzo por reducir el calentamiento global desde el Protocolo de Kyoto en 1997.

Este acuerdo por fin definió una estrategia consensuada que se logró gracias a un cambio de paradigma en la forma de negociar lo que le toca hacer a cada país: en vez de tratar de imponer una fórmula igual para todos, se creó el concepto de las “contribuciones nacionales determinadas”, que implica que cada país crea su propio plan y éste se revisará cada cinco años para ir incrementando el nivel de ambición de los objetivos. Pero el acuerdo careció de compromisos vinculantes y mecanismos de penalización que, a ojos de muchos expertos, lo hacían “no suficiente” para alcanzar la meta de reducir el incremento a menos de 2 grados centígrados.

En 2017 el presidente Trump dio marcha atrás a las acciones iniciadas por Obama para que Estados Unidos, que genera 15 por ciento de las emisiones de carbono al ambiente, siendo el segundo mayor emisor después de China, pudiera cumplir con sus compromisos de previsión del cambio climático. Primero publicó una orden ejecutiva para desmantelar el Plan de Energía Limpia y después declaró que Estados Unidos se retiraba del Acuerdo de París.

¿Qué tendrá que pasar para que los tomadores de decisiones del mundo se den cuenta que nos dirigimos a un escenario terrorífico si no damos pasos contundentes ya?

@ortegarance

JJ/I