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Todos somos migrantes

Si una situación ha caracterizado al actual sexenio que está por terminar, es la violación sistemática y permanente de los derechos humanos de todas las maneras posibles y en todos los niveles de gobierno. 

Aunque la Constitución Mexicana establece con claridad la obligación de las autoridades para promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos y señala que todas las personas gozarán de esos derechos, así como de las garantías necesarias para su protección, vemos con gran preocupación las imágenes de la actuación de policías mexicanos en las que se observa incluso el uso de gases lacrimógenos contra los integrantes de la caravana migrante procedente de Honduras, y el llanto por el miedo de los niños y las mujeres que buscando una mejor condición de vida salen de su país de origen, víctimas de la violencia estructural y de la falta de condiciones mínimas de seguridad que resguarden su vida e integridad.

La presencia de migrantes centroamericanos en tránsito por nuestro país no es nueva. De manera permanente miles de personas cruzan el territorio en busca de llegar a Estados Unidos, lo que ha cambiado es la mirada con la que el gobierno de México los recibe; si durante el siglo 20 México fue un país que abrió sus puertas al exilio español, al chileno, a los refugiados de la guerrilla centroamericana, hoy es una extensión de la política migratoria norteamericana de cierre de fronteras y maltrato a la dignidad humana. Triste y vergonzosamente Peña Nieto hace el trabajo sucio de contención migratoria como guardián que atiende puntualmente las exigencias de cierre de la frontera sur.

En Honduras hubo un golpe de Estado parlamentario en 2009 contra el presidente Manuel Zelaya; la derecha se impuso y desde entonces las condiciones de vida de la población se han deteriorado hasta llegar a una violencia generalizada y estructural; prácticamente toda la población de Honduras cabría en el supuesto que señala la Ley de Refugiados en México para conceder ese estatus migratorio: “que ha huido de su país de origen, porque su vida, seguridad o libertad han sido amenazadas por violencia generalizada, conflictos internos, violación masiva de los derechos humanos” .

En ese sentido, los migrantes que vienen en la caravana podrían solicitar ser reconocidos como refugiados, y las autoridades mexicanas tendrían como obligación promover acciones para garantizar el derecho a solicitar esa condición; orientarles sobre sus derechos y atender a los solicitantes con pleno respeto.

Así mismo, las autoridades deben apegarse a los siguientes principios contenidos en la Ley de Refugiados: no devolución, pues ningún solicitante o refugiado podrá ser rechazado en frontera o devuelto de cualquier forma al territorio de otro país donde su vida peligre; no discriminación; interés superior del niño y unidad familiar; no sanción por ingreso irregular.

El experto en migración, maestro Luis Enrique González Araiza, de atención a migrantes FM4, en conferencia reciente (CUCSH UdeG, 4 octubre) señaló que en el país sólo hay siete estados de la República (entre ellos Jalisco) que tienen una ley secundaria para proteger a los migrantes y refugiados, pero que los trámites para solicitar ese estatus son verdaderamente imposibles, ya que entre otros requisitos se pide al migrante una solicitud con fotografía al frente, carta poder para su representante, formato en extenso donde describa de manera cronológica los hechos que acrediten las violaciones de derechos humanos, acreditar su personalidad jurídica, documento de ingreso al país, fotografía digital, la solicitud debe ser llenada directamente por el migrante, si no sabe leer o escribir debe esperar a que le hagan un acta circunstanciada sobre ese hecho.

Además de las fuertes imágenes de madres y padres que traen consigo a sus hijos pequeños huyendo de todas las formas de violencia en su territorio, -aun con los riesgos que significa el tránsito por México-, preocupa también un discurso de racismo, xenofobia y discriminación que se ha colgado en las redes sociales.

Ningún ser humano es ilegal, urge atención humanitaria. El mismo trato de respeto que exigimos para nuestros paisanos en el norte debe darse a quienes ingresan desde del sur.

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da/i