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#CaravanaMigrante Derecho humano universal

Con el lema de “No nos vamos porque queremos, nos expulsa la violencia y la pobreza”, el 12 de octubre centenares de personas respondieron a la convocatoria que en días previos había circulado por las redes sociales y acudieron a la Terminal de Autobuses de San Pedro Sula, ciudad capital del Departamento de Cortés, situada al norte de Honduras, cercana a la frontera con Guatemala, que había sido escogida como el punto de reunión para iniciar el recorrido hacia los Estados Unidos. El gobierno hondureño se deslindó de su responsabilidad y los dejó, prácticamente, abandonados a su suerte.

Así, ese día, un poco más de un millar inició su periplo para cubrir la distancia de 300 kilómetros hacia la frontera guatemalteca. Durante el trayecto se fueron incorporando más migrantes hondureños, a los que se sumaron salvadoreños y guatemaltecos, de tal forma que al arribar a Ciudad Hidalgo, la frontera con México, sumaban más de 7 mil. El 15 de octubre la multitudinaria caravana ocupó el puente internacional sobre el río Suchiate.

La respuesta del Estado mexicano fue extremadamente torpe y evidenció una profunda insensibilidad. Ante una situación de emergencia humanitaria, el gobierno envió 244 elementos de la Policía Federal a los cruces fronterizos de Suchiate y Talismán. Mientras en el discurso el secretario de Gobernación se refería al respeto a los derechos humanos, en la práctica levantaba un muro policíaco para detener a la caravana. A diferencia de Guatemala, donde la barrera militar se abrió mediante la negociación, en la frontera mexicana la cerrazón gubernamental a cualquier proceso de diálogo provocó el derribo de las vallas metálicas por la avanzada de los migrantes y la consecuente respuesta de la fuerza policíaca. No obstante, la acción represiva resultó infructuosa y el grueso del contingente logró sortear el cerco policíaco y continuar su marcha hacia la ciudad de Tapachula, señalada como la primera meta de la caravana.

El ingreso de la caravana ha polarizado a la opinión pública en el país. A la postura gubernamental que mediante un retórica formalista ha tratado de desalentar la marcha se han sumado diversos actores políticos que han buscado desautorizarle mediante el risible argumento de que la caravana está siendo utilizada por Trump para fortalecer al partido Republicano en las elecciones legislativas del 6 de noviembre.

Por su parte, El Bronco, gobernador de Nuevo León, en una declaración lamentable, amenaza con deportar a los migrantes que ingresen al estado. Pero no sólo ha sido la clase política la que ha manifestado su rechazo, sino también un numeroso grupo de mexicanos que han contaminado las redes sociales con una profusión de mensajes, cuyas posiciones oscilan entre “buenas conciencias” hasta aquéllas que rayan en el racismo y la xenofobia, para expresar en forma de miedo o de desprecio, lo que es producto de su ignorancia supina sobre las causas sistémicas que propician el fenómeno de la migración.

En contraste a esta actitud xenófoba y persecutoria, la respuesta de decenas de mexicanos por donde transita la caravana ha sido de solidaridad y apoyo. Numerosos organismos de la sociedad civil se han movilizado para diseñar e implementar estrategias de ayuda, acompañamiento y defensa de los migrantes. Se han establecido albergues a lo largo de las posibles rutas en que se divida la caravana en su camino a la frontera. Pero también ha sido evidente la distancia entre el gobierno actual y las posturas asumidas por el presidente electo y su gabinete. Destaca la actitud solidaria con la que AMLO se ha referido a los migrantes. Igualmente las cámaras legislativas han externado sus críticas a la reacción gubernamental.

La migración es un derecho humano universal. Su dinámica originalmente sustentada en causas económicas se ha visto adicionada por situaciones de inseguridad y violencia. Ni los muros ni las barreras policíacas podrán detener el legítimo derecho a buscar mejores condiciones de vida. Sólo un desarrollo económico que extinga la desigualdad entre las clases sociales podrá cancelar el éxodo migrante que crece inexorablemente.

@fracegon

JJ/I