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Adrenalina, no temor, en el boxeo

Hay quien no tiene miedo. Se pone los guantes, se enfrenta a un rival y no siente temor. Siente adrenalina.

La adrenalina juega un papel muy importante en la reacción de huida del sistema simpático, según la definición en el diccionario.

En el boxeo la adrenalina es muy útil porque hace que la reacción sea efectiva, aún si la persona no sabe boxear le sale el instinto que le provoca ir al choque para aprender al inicio, para seguir fajándose cuando ya hay oficio, sin miedo.

“Lo que yo sentí fueron nervios”, cuenta Sulem Urbina, prospecto de Sonora con ocho combates profesionales ganados. Cuenta que su primer sparring fue con un hombre que la ayudó y la motivó a seguir. Dice que sintió que este joven la ayudó a aprender y a saber qué esperar de la pelea, que así fue como empezó a dominar el oficio.

Y ¿cómo dominó los nervios? “Eso se va conforme a la experiencia y tu autoestima”. A eso ayuda el sparring, a conseguir experiencia y confianza para resolver situaciones de peligro en el ring.

Se aprende a dominar las emociones propias del combate, de la competencia y de la situación para sacar el mejor resultado, que en el caso de Sulem, han sido únicamente victorias hasta el momento.

 “Me daba cosa recibir un golpe, pero no me impedía atacar”, explica Victoria Torres, quien también boxea desde hace un par de años y está invicta en el terreno profesional.

Describe que lo suyo no era miedo, sino que sentía adrenalina para usarla en “el juego y no ser tocada”. Aunque aclara que al principio no era muy hábil, seguió intentando y entrenando hasta perfeccionar la técnica al grado de pelear en torneos internacionales. Más enfocada en resolver la cuestión de pegar y evitar que le pegaran.

Para dejar claro el asunto, comenta que ya estando arriba superando al miedo la pelea está a la mitad de ser ganada.

“Si ya estás arriba pues arriesga. Procurando tener la cabeza fría porque si no luego es autosabotaje”, aconseja Victoria.

Y así en el boxeo. También en la vida. Con todo menos con miedo. O con todo y también con miedo, como el cobarde, solito se va cuando ve un poquito de avance hacia la grandeza.

@AleczTrujillo

JJ/I