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¿A quién descalificar?

El fin de semana pasado se llevó a cabo una edición más del Maratón Acuático ABH, celebrado en esa playa rara, atípica (para los modernos), bella y paradisiaca llamada Rincón de Guayabitos, en el estado de Nayarit. Un evento más pero que tiene su singularidad, ya que es de los eventos viejos (25 años) de la natación contemporánea de México.

Ha sido un evento que siempre está tratando de reinventarse, se inició con distancias de ocho kilómetros (en Manzanillo, Colima) después emigró en 2006 a dicho lugar y dio paso a un evento de cuatro kilómetros hasta llegar a la de tres y uno de cruce en plena bahía del lugar.

En el transcurso de este evento se han creado categorías de infantiles (9 a 12 años) hasta llegar a lo que denominan como micro infantil, un evento por demás espectacular para niños y niñas menores de ocho años con una distancia de 200 metros.

Un evento atrevido por meter a nadar a los niños de dicha edad al mar y en condiciones lo más controladas posibles, y que se hizo pensando en el desarrollo armónico, integral, sano, divertido, pero sobre todo en un ambiente de belleza natural y seguro.

Pero algo le ha fallado al comité organizador que parecería que en vez de formar niños y niñas sanas integralmente se está fomentando la locura y el desequilibrio de los entrenadores y padres de familia, ya que se ha crecido en la participación en dicha categoría, pero el gran problema es que están inscribiendo y/o haciendo competir a niños que no cumplen el perfil de nadadores elementales, básicos, independientes en el medio acuático natural, y lo pior con ayuda de los mismos entrenadores y/o familiares; todo un acto reprobable.

Los apoyan, los cubren y protegen en un aspecto que está prohibido, pero que en este último evento sorprendió a organizadores y público en general ante la ayuda de alguna u otra forma por parte de sus entrenadores y/o familiares, ¿qué hacer?

A quién se descalifica, al comité organizador por atrevido, a los padres de familia que no entienden el proceso y les gana la emoción o a los entrenadores que simulan y no son capaces de inscribir niños independientes y, en aras del ego, suman a todos y de todas las formas; obviamente, la tarea no es fácil.

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JJ/I