Recordar al ingeniero Gallo (2)

No obstante, el ingeniero Joaquín Gallo tenía un objetivo claro que buscaba cumplir de alguna forma[...] tuvo el anhelo de llevar la práctica de la astronomía en nuestro país por nuevos rumbos, dictados por los cánones de la astronomía de vanguardia de la época.

Javier Balbuena Guerrero, La astronomía en la posrevolución: un Gallo que no se pela en Legado Astronómico, UNAM, México (2011), p. 104  

Entender la peculiar situación tanto política como económica que el joven ingeniero geógrafo (33 años) Joaquín Gallo Monterrubio hubo de afrontar al hacerse cargo de la dirección del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) es un buen pretexto ya sea para leer la novela El águila y la serpiente (1928) de Martín Luis Guzmán (1887-1976) o escuchar su versión radiofónica que por estos días transmite la XEJB-AM (630 MHz) por las mañanas. Desde la perspectiva académica es interesante el capítulo del historiador Balbuena Guerrero, quien aborda el estudio de las cartas y notas periodísticas del ingeniero Gallo entre los años de 1920 a 1928 cuyo motivo nos refiere como: “La necesidad de que la astronomía fuera reconocida y valorada para obtener recursos”, así el académico y director del OAN franqueaba el conocimiento de los cielos –y en alguna forma las mismas instalaciones del observatorio– al gran público.

Sobre la faceta de divulgador de tan preclaro personaje escribe su hijo, el ingeniero Gallo Sarlat: “En el Observatorio, además de la investigación, se llevaba a cabo una extraordinaria labor de divulgación científica, pues abría sus puertas a quien quisiera visitarlo los jueves y sábados por la noche” (Joaquín Gallo Monterrubio. Astrónomo, Universitario y hombre cabal, Ed. del autor, México (1982), p. 80); de su interés en cuestiones de enseñanza conservamos en el Instituto de Astronomía y Meteorología de la UdeG una carta que envió al entonces director, presbítero Severo Díaz Galindo (8 de noviembre de 1876-1956), compartiéndole su programa para el curso de cosmografía. Ambos personajes habrían de coincidir en el eclipse de Sol de 1923 en Yerbanis, Sonora.

Gallo Monterrubio recibió el 18 de junio de 1928 el grado de doctor en ciencia por la Northwestern University de Chicago.

[email protected]

da/i