INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Marihuana

Los juristas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SJCN) y políticos como los diputados federales del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz, entre otros, ya han opinado positivamente sobre la despenalización del consumo de la marihuana para uso recreativo. Por supuesto, su visión está centrada en una perspectiva parcial de los derechos humanos y en los problemas de seguridad y económicos. Para el caso del uso medicinal de la misma, considero que no hay mucha discusión pese a que hay que utilizar lo que sea necesario para mitigar el dolor y el malestar de las personas con enfermedades crónico-degenerativas.

Ahora habrá que discutir la situación del consumo de la marihuana para uso recreativo y sus implicaciones en los problemas de salud integral, de la educación y de la productividad. De entrada coincidimos con José Narro, notable académico y secretario de Salud federal, quien reitera que el consumo de la marihuana genera adicción y es más perjudicial en las personas de menor edad.

Diversos estudios señalan que el consumo consistente de la marihuana sobre todo en menores de edad afecta al cerebro, específicamente a los procesos de la memoria, el aprendizaje, la atención, la toma de decisiones, la coordinación, las emociones y el tiempo de reacción.

Los componentes de la marihuana también pueden afectar el sistema circulatorio y pueden aumentar el riesgo de tener ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares. Otros estudios sugieren una asociación entre los fumadores frecuentes o crónicos de marihuana y el cáncer pulmonar y testicular, ya que al fumar esta droga se liberan toxinas y carcinógenos que entran en los pulmones, lo que aumenta los riesgos para la salud, pues contiene muchos de los mismos irritantes, toxinas y carcinógenos del humo del tabaco y aumenta el riesgo de bronquitis, tos y producción de flema.

Asimismo, se ha encontrado que el consumo de marihuana favorece muy significativamente el consumo de otras drogas más dañinas. En consecuencia, su consumo tiene un impacto negativo y muy significativo en el ausentismo y el rendimiento escolar y laboral.

Esta medida de despenalización debe ir acompañada de una verdadera (no simulada como hasta ahora) y contundente decisión de multiplicar los servicios de prevención y atención a los problemas de salud mental y de promoción a la salud mental; ello implica multiplicar la inversión para dichos servicios y transformar el modelo biologicista del sistema sanitario en México a uno sustentado en una concepción de salud integral.

[email protected]

da/i