INICIO > PASION
A-  | A  | A+

Quedan a deber

DE MALAS. Un gran sector de la afición protesta cada gesto y muletazo del valenciano. (Foto: Manolo Briones)

Tarde gris en la Nuevo Progreso, eso fue lo que se vivió ayer en la tan esperada corrida del año en el escenario tapatío, que acabó por deslucirse en su totalidad.

Un encierro de Bernaldo de Quirós se quedó corto para una plaza como la de Guadalajara; escasa bravura, débiles de remos y acusando, algunos, sosería. Lo que se esperaba como una tarde de estrellas acabó por estrellarse.

Una tarde dividida fue en lo que terminó el regreso del maestro valenciano Enrique Ponce, que tras 16 años de ausencia encontró una afición contrastada.

Mientras un sector de público gozó y aplaudió la labor y aparición del español, otra parte de la plaza, una gran mayoría, protestó cada gesto y muletazo del ídolo ibérico, provocado por la gran polémica causada en la semana previa, tras ser rechazados cinco de los seis toros anunciados de la dehesa de Jaral de Peñas.

Y así, deslucidos y sin trascendencia, motividad ni calidad, pasaron de largo los seis de Bernaldo. Abrió plaza Ponce para, eso sí, pintar trasteos de alta factura, clase y arte, pero sin lograr rematar la faena esperada, toda vez que despachó a su primero de entera caída y tendida, protestada por la afición por el notable defecto.

Con su segundo, un toro de mejores condiciones aunque no sobradas, Ponce estuvo en torero, dejando muestra de su maestría, pero sin ese extra que lo hiciera romper con la afición, quienes se mostraron apáticos e insultantes con el español, que pinchó en su último para irse en blanco, entre pitos y abucheos.

Por su parte, los mexicanos sacaron la casta por su país. Juan Pablo Sánchez pintó una faena de mucha calidad pero poca transmisión, entendiendo las nulas cualidades de su primer enemigo, con tandas sentidas, lentas y templadas por la diestra y al natural, haciendo las cosas impecables, pero sin conseguir conectar con los tendidos.

Su peor toro fue el segundo, con el que estuvo insistente, con oficio pero sin ligar.

Sergio Flores hizo lo propio, y tuvo la mala suerte de lidiar con lo peor del encierro. Dos deslucidos y mansos toros que nada le colaboraron, terminaron por impedir el triunfo de un torero que ha tomado un sitio especial, con entendimiento y muy por encima de las condiciones de sus astados.

Mató de dos sendas estocadas que le valieron las palmas.

Exigen renuncia del juez de plaza

¡Fuera, Arnulfo!, fue el grito al unísono que la afición lanzó al palco de la autoridad.

Una fuerte bronca generalizada se llevó ayer el juez de plaza, Arnulfo Martínez, responsable de rechazar cinco de los toros anunciados en el cartel original por motivos que no dio a conocer y que fueron causa de pronunciamientos por parte de ganaderos y peñas taurinas.

Fue el último toro de la tarde en el que la afición, molesta, exigió con porras altisonantes la renuncia de la autoridad, dejando en evidencia que, aunque ratificado, el público exige respeto por su fiesta con una autoridad competente.

La molestia fue generalizada y, al término de la corrida, fueron múltiples los insultos por haber aprobado un encierro de pocas cualidades, incluso menores que las del encierro rechazado el jueves. Edgar Flores

PARA CERRAR

El domingo se llevará a cabo la última corrida del serial, en un cartel encabezado por Juan José Padilla, quien se despide de Guadalajara. Lo acompañan Sebastián Castella y Luis David Adame

JJ/I