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Colapsan cárceles con lucha contra las drogas

Política. Las cárceles están hacinadas debido a que se castiga con más años la portación y consumo de droga, que los homicidios. (Foto: Notimex)

Davao. Torres de hasta cuatro pisos de camas puestas una encima de la otra, dos personas por colchón y hamacas colgadas entre las torres de camas. Esta es la imagen más elocuente de la Prisión para Hombres de Davao, en la isla de Mindanao, y, en general, de todo el sistema penitenciario de Filipinas.

Parece que las prisiones filipinas vayan a explotar de un momento a otro. Nunca habían estado tan hacinadas como en los últimos dos años.

El motivo es la cruzada personal que el presidente del país, Rodrigo Duterte, en el poder desde verano de 2016, lanzó contra los traficantes y los consumidores de todo tipo de drogas, y en particular del shaboo crystal meth, una metanfetamina difundida por todo el sureste asiático que provoca unos efectos mucho más potentes que la cocaína.

En lugar de invertir en la prevención, Duterte gasta unas impresionantes sumas de dinero en la represión y en la rehabilitación de las instalaciones carcelarias.

"Mi vecino había instalado un pequeño laboratorio para producir shaboo en su apartamento. Un día, hubo una redada policial y me arrestaron también a mí porque pensaron que era uno de sus colaboradores". Cuando esto sucedió, Brian tenía 23 años. Hoy tiene 38. El juez lo condenó a cadena perpetua.

En la Prisión para Hombres de Davao hay muchas historias similares a la de Brian. Personas que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado, intercambios de persona, errores judiciales en la clasificación de las pruebas.

Estrategia

Antes de la llegada al poder de Duterte, la política de tolerancia cero hacia las drogas ya estaba en boga. Su gobierno no hizo más que intensificar las redadas policiales en las plazas donde se trafica y, según varias organizaciones de derechos humanos, actuar como instigador en muchas ejecuciones extrajudiciales contra narcotraficantes y consumidores.

"¿Os dais cuenta de que estoy aquí por dos malditos gramos de metanfetamina? Tal vez me pasaré toda la vida aquí. No soy drogadicto, sólo quería probar algo nuevo". Ronald, de 22 años, tiene confianza depositada en el juicio que tendrá en marzo de 2019. Explica que su familia, que es adinerada, contrató a un excelente abogado para que lo saque de la cárcel.

En cambio Virgilio, de 56 años, deberá cumplir una sentencia de 22 años por intento de asesinato. "Traté de matar a mi sobrino porque se había convertido en la vergüenza de la familia. Consumía y vendía shaboo. En el pueblo todos hablaban mal de nosotros".

Por lo visto, en Filipinas quien intenta matar a una persona y la lesiona de gravedad pasa menos tiempo en la cárcel que una persona con problemas de adicción a las drogas o a quien hayan descubierto traficando con drogas, aunque sean pequeñas dosis. Por estos motivos, las prisiones del archipiélago están desbordadas, ya que albergan a un número de personas muy por encima de su capacidad.

Al doble

En la Prisión para Hombres de Davao hay alrededor de 5 mil 400 presos. El edificio fue diseñado para 3 mil. Son casi el doble, y se nota. Los dormitorios consisten en un montón de literas de hierro mal soldadas entre sí en las que duermen un número desproporcionado de personas.

En algunas habitaciones las camas llegan a formar cuatro pisos. El mismo colchón lo comparten dos y, a veces, hasta tres personas. El que tiene dinero para comprarse una hamaca la monta donde encuentra un hueco. Incluso los hay que cocinan entre una cama y otra. Los reclusos más ancianos duermen en una habitación en la que las torres de camas no superan los dos pisos.

Muchos se quejan por la injusticia que sufren –casi 70 por ciento de los presos están aquí por delitos relacionados con las drogas–, pero todos parecen sobrellevar sin demasiados lamentos una vida más que congestionada.

La buena conducta de los detenidos influye en el número de guardias responsables de su vigilancia. En la sección Maximum, donde hay encarceladas unas mil 500 personas, solo hay tres guardias. Uno para cada 500 personas.

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FRASE

"La oración nos ayuda a seguir adelante. Estar aquí no es fácil para nosotros, pero tampoco lo es para nuestros guardianes. Y es por esto que al final de nuestras oraciones pedimos al Señor que bendiga a los guardias para que puedan velar por nosotros. Nosotros somos muchos y ellos son pocos, si nos ayudamos unos a otros viviremos siempre en paz"
Benjamín, condenado a cadena perpetua

 

JJ/I