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Bravo dice adiós

EMOTIVO. Siempre con un sello de entrega total, el mochiteco deja huella en el futbol mexicano. (Foto: Imago7)

El último partido de Omar Bravo Tordecillas fue el año pasado con el Phoenix Rising de la United Soccer League (USL), y desde entonces rondaba en su mente la idea del retiro del futbol profesional.

En los últimos meses de 2018, ya con 38 años de edad, el goleador histórico del Club Guadalajara con 132 anotaciones, meditaba si seguía o no, hasta que llegó el momento de tomar la decisión. Ayer, teniendo como marco el Estadio Jalisco, el escenario en el que considera que marcaron sus grandes momentos como jugador, convocó a un convivio con ex compañeros de profesión como Héctor Reynoso, con quien debutó ante Tigres 18 años atrás, así como Alberto Medina, su inseparable socio en la cancha, Xavier Báez, Jair Pereira, Jesús Sánchez, y entrenadores que lo influyeron como Jorge Dávalos, quien lo debutó en 2001, así como José Luis Real, quien lo recibió en el Club Guadalajara más de 20 años atrás, y José Manuel de la Torre, con quien fue campeón de liga en 2006; sin faltar la presencia de amigos y familiares.

Uno de los lugares en donde el atacante meditaba y reflexionaba cómo sería el instante complicado para anunciar su epílogo como jugador es el Parque Metropolitano, espacio en donde corre por las mañanas desde hace unos meses.

 “Pensaba qué iba a decir, quería que fuera de una manera espontánea, no redactada por alguien más con otro tipo de pensamiento. Y el correr me da para reflexionar en lo que viene, por lo menos a mí me distrae, y el deporte me hace sentir bien”, dijo ayer teniendo de fondo las tribunas vacías del inmueble de la Calzada Independencia.

Poco antes, Bravo había ofrecido un discurso amplio, en el que lo acompañó José Luis Real, el entrenador que lo recibió en Verde Valle más de 20 años atrás, y quien relató como Gabriel Nené López Zapiain le contó que en un torneo en Guanajuato había detectado a un jugador de características ofensivas muy interesantes.

“Hace 20 años los visores de Guadalajara me hablaron con la fuerza como pocas veces, y me dijeron que habían visto un jugador en un torneo Benito Juárez con varias sedes en Guanajuato. Lo hablaron con tanta efusividad que me convencieron porque en esa etapa había muy pocos jugadores explosivos en el Guadalajara, y lo invitamos en base al convencimiento para que conociera la casa club”.

Después, Bravo explicaría los motivos de decir adiós.

 “No podría decir que estoy muy emocionado, sino muy triste. Dejé pasar tiempo porque quería tener certeza de que aquella voz interior que me decía que ya (debía retirarse), quería saber que era cierto. Lo dejé pasar y era muy real”, dijo al inicio de su discurso en el que posteriormente se le quebrantó la voz.

Después en charla con NTR recordaría aquella tarde en la cancha de El Volcán, la casa de los Tigres.

“Estaba nervioso, y muy ansioso también. En aquel entonces que un joven estuviera en la banca no era fácil, había poca oportunidad para los jóvenes, en ese entonces debutó también Reynoso. Pero yo volteaba a la banca y estaban Benjamín Galindo, Lupe Castañeda, Carlos Hermosillo, Nápoles, Joel, todos referentes en el futbol mexicano, y yo con 20 años pues no pensaba que se podía dar. Afortunadamente el Capi Dávalos confió en mí y me dio la oportunidad de debutar en la Primera División”.

En su largo andar, Bravo fue dirigido por infinidad de técnicos, y hay algunos que recuerda en especial. Uno de ellos es el argentino Óscar Ruggeri, porque al terminar el interinato de Dávalos, El Cabezón confió en el joven delantero que era un desconocido en el futbol mexicano.

“Jorge Dávalos me da la oportunidad, y Óscar fue muy importante porque insisto: era muy difícil recibir la oportunidad, y él me la dio a mí, a Medina y a otros más, y en ese sentido quedé muy agradecido. Alguna vez me lo encontré en un viaje a Argentina cuando fuimos a jugar contra San Lorenzo, y por supuesto le agradecí lo que había hecho por mí en ese momento”.

Otro estratega de una personalidad electrizante fue Tomás Boy, quien fue pieza clave para salir triunfante del desafío de aceptar jugar para el Atlas con el conocimiento de que la afición lo percibía como un enemigo por su pasado rojiblanco.

“(Me dijo) que sacara todo, que con goles me iba a ganar a la gente, que él entendía el tema de la pasión y las banderas, pero que la única manera de ganarme el respeto sería en la cancha, y que él me daría toda esa confianza, y que me viniera, que tomara el reto con ese fantástico grupo de jugadores”.

En selección nacional, Bravo fue uno de los referentes de la era Ricardo La Volpe (2002-2006), cuya selección aún es considerada como la que mejor ha jugado en los años recientes. A La Volpe lo reconoce como una figura que lo ayudó a crecer en la parte futbolística.

“Con Ricardo aprendí muchas cosas, y adquirí muchas herramientas para desempeñarme en un terreno de juego, no es un tema menor el poder desempeñarte de una manera versátil y no encajar solamente en una sola posición. Ese tipo de herramientas me las dio Ricardo para que yo pudiera encajar en cualquier club, y por supuesto que le estoy agradecido porque además me dio unos Juegos Olímpicos, una Copa del Mundo, y depositó toda la confianza en mí, y siempre tendrá mi agradecimiento y mi respeto”.

Y al final, en su tercera y última etapa con Chivas, llegaría Matías Almeyda, con quien al principio tenía dudas.

“Todos conocemos la historia de Matías. Cuando llega él, estaba un poco sensible con la salida del Chepo porque consideraba que nos podía dar para fusionar mejor al equipo, y esas decisiones me rebasaban, y cuando llega lo primero que hace es ir a buscarme para decirme que por qué no lo estaba viendo cuando él estaba hablando en su presentación. Le manifesté mi sentir, le dije lo que yo pensaba del Guadalajara, y que a lo mejor para él era algo nuevo, pero juntos nos ayudamos de muy buena forma, llegamos a tener una amistad que aún tenemos importante, y me fue bien con él los primeros seis meses y es cuando decido irme a los Estados Unidos”.

¿Te sorprendió la conexión que tuvo con el grupo?

“Matías es muy querido por el vestidor, para mí no es un tema menor convencer a un grupo de 22 jugadores, se me hace que es uno de sus grandes méritos, y fui el más feliz cuando ganaron el campeonato de liga, también fui feliz cuando ganamos la Copa y la Supercopa, creo que era una tendencia, era lo que se venía, estaban puestas todas las condiciones para que se diera un buen cierre con él.

El Jalisco, su casa

¿Qué te dice un escenario como el Estadio Jalisco?

Lo considero como mi casa, porque aquí empecé, viví muchas cosas, me tocaron los cambios administrativos, también jugué con el Atlas, y fui muy feliz en este estadio, la verdad que tuve más alegrías que decepciones, y en este lugar siempre he pensado que aquí se juega y se siente el futbol, la gente quiere mucho este estadio aunque Chivas ya no juegue aquí, por lo menos esa es mi percepción en la ciudad donde vivo. Es un estadio mítico, qué más puedo pedir.

Tuviste muchos momentos felices, pero ¿tienes algún recuerdo triste?

La verdad, yo lloré como un niño cuando perdimos la final de la Copa Libertadores porque la sentía muy cerca, el hubiera no existe pero siento que ya habíamos amalgamado muchas cosas, y siento que nos hizo (Javier) Hernández, Medina en su mejor momento, nos quitaron jugadores y el equipo se le plantaba a cualquiera, y nosotros ya habíamos logrado esa sinergia. Pero no le quito méritos a los que estaban, eran puros jóvenes, pero todos tenían hambre, y estaban (Marco) Fabián, Bofo (Bautista), Chatón (Jorge Enríquez), (Miguel) Ponce, Ulises Dávila, (Omar) Arellano, éramos un equipo peligroso.

¿Tu último partido con Chivas en 2016, es como lo hubieras esperado cuando juegan la Supercopa contra Veracruz en Los Ángeles?

Pareciera que todos los escenarios se dieron para que así fuera, no lo tenía contemplado así, pero se conjugaron muchas cosas para que se diera así, fue el aniversario de mi abuela, estaba preparado, sabía que iba a meter gol, tenía una camisa abajo con una leyenda, y se dio, y además que entré como 5 minutos, y se da el gol. No pude tener un mejor escenario.

¿Te pesó no estar en esa etapa de 2017 que es justo cuando terminaba tu contrato?

Me dio envidia de la buena, fui el más feliz cuando fueron campeones de liga, pero las decisiones que yo había tomado siempre las tomé pensando en que era lo mejor para mis temas personales y profesionales, entonces, tomado esa decisión desde otro lugar me toca apoyar, pero de verdad el título lo gocé como si yo estuviera dentro del vestidor.

El Mundial, La Coruña, dos aventuras internacionales

¿Qué te dejó el Mundial de Alemania, el partido contra Irán, Portugal?

Tengo sentimientos encontrados, me dejaron saber que todo era posible. Yo no sabía que estaba considerado para jugar ese Mundial, fue en la gira donde me gané el puesto, y todo ese tipo de sensaciones me dejaban entrever que si te proponías algo podía lograrlo, más allá de que si fallas o aciertas, considero que hice un Mundial digno y bueno, y después no nos alcanzó contra Argentina, y después no sé si hubiese jugado o no porque Ricardo tenía plena confianza en todos nosotros, y me atrevo a decir que esa selección es de las que más se recuerda de los últimos ciclos mundialistas.

¿Cómo calificas la aventura por El Deportivo La Coruña?

De una manera fantástica con la gente que se portó conmigo genial. En el tema de la cancha no me fue tan bien, pero en el tema de cultura aprendí cosas nuevas que a lo mejor estando en una burbuja de ocho años, tenía 28 cuando me fui, en esa etapa desconoces y que puedes implementar a tu favor como el ser más profesional, siempre lo fui pero eso me daba un plus sobre todo en el tema del día a día y la alimentación.

¿Te ves como técnico?

Sí me veo, mi vocación es estar en la cancha, pero hay que ser muy prudentes y prepararse mucho porque no es un tema fácil. No tiene nada qué ver con tu carrera como jugador, me queda claro eso, no es lo mismo, ni cercano, quien diga que sí, miente. Sí es cierto que sabes manejar los escenarios y el tema de estar en diferentes países y ciudades, pero como entrenador es diferente, debes saber manejar el vestidor, encima trabajar bien, saber vivir con la presión, y que a lo mejor que es lo se asemeja a tu etapa como jugador, pero la presión la tienes más como entrenador porque te vas a los dos meses, menudo detalle.

¿Te quedas con algo pendiente como jugador, quizá el jugar otro Mundial?

Nunca me guardé nada, en el hubiera y el deseo, sí un montón de cosas, pero son las que te llevaron a crecer y a aprender. Estuve cerca de ir a un segundo Mundial, creo que reaccioné tarde porque fue cuando empezamos a jugar los partidos de Libertadores, y personalmente siento que ya no me alcanzó, el grupo estaba encaminado y tenía ya Aguirre una lista hecha, y solamente me enfoqué Chivas y en hacerlo bien, y fue muy doloroso para mí el perder una final de Copa Libertadores, porque soy jugador, estoy en el medio, y no es fácil ganarla.

¿Harás un partido de despedida?

En mi deseo está, eso y otras cosas, pero habrá que ponerle cara al tiempo, y a ver cómo se dan las situaciones y las circunstancias.

CIFRAS

132 goles como jugador de Chivas

160 anotaciones en total como jugador de club

1 copa del mundo jugada

67 partidos como seleccionado nacional

15 goles anotados como tricolor

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FRASES

“No podría decir que estoy muy emocionado, sino muy triste. Dejé pasar tiempo porque quería tener certeza de que aquella voz interior que me decía que ya (debía retirarse), quería saber que era cierto. Lo dejé pasar y era muy real”
Omar Bravo, ex delantero

“Omar Bravo siempre fue un ejemplo, me tocó compartir dos vestidores con él, en Cruz Azul y luego con Chivas, la verdad que era un tipo que siempre se entregaba al 100”
Jair Pereira, defensa de Chivas

“Siempre fue igual, así como lo vemos ahora, así llegó, con convicciones muy claras, siempre esforzándose al máximo, como se tenían que hacer”
José Manuel de la Torre, ex técnico de Chivas

EN PUERTA

Omar Bravo tiene pensado organizar un partido de despedida, pero aún no tiene definida la fecha

 JJ/I