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Más que una reforma

La educación es más que acumulación de conocimientos y desarrollo intelectual, es la formación moral y afectiva que permite la convivencia armónica y en paz entre las personas, la familia y la sociedad. La formación en valores éticos y cívicos, así como la educación emocional, es fundamental y tiene un alto índice de subjetividad en su asimilación.

Más allá de los bajos resultados de las pruebas estandarizadas que dan a conocer los diversos organismos de evaluación, México es un país con muchas carencias en el sector que brotan a la vista. Vivimos con miedo a ser robados, se tiene desconfianza en las instituciones más importantes. Tenemos violencia, intolerancia, corrupción e impunidad; nuestras calles están sucias, los muros grafiteados, cada vez es menos común escuchar frases o palabras que muestren cortesía.

La disciplina se nos ha ido de las manos en las escuelas, la familia y las instituciones. El egoísmo crece de manera escandalosa y me refiero con ello a pensar en el beneficio propio antes que en el común, y ello se refleja en males como la falta de cultura ecológica que acaba con la naturaleza, el cuidado de nuestras ciudades y el enriquecimiento ilícito. Los países con mayor índice de amabilidad, hospitalidad, cortesía, modales, dignidad y reputación, que por lo tanto muestran una educación en su más amplio sentido, una cultura avanzada y respetuosa son Singapur, Nueva Zelanda, Suecia, Japón, Finlandia, Corea del Sur, Australia y Canadá, lo cual se refleja en la seguridad y la economía, pero también en tener los mayores porcentajes de universitarios graduados.

La Secretaría de Educación y su nuevo titular, Esteban Moctezuma, tendrán el desafío de educar a un pueblo que se ha destacado lamentablemente por tener una mala reputación en su esencia formativa. La educación del individuo y de una sociedad no se logra si no hay rigor en sus normas y efectividad en su aplicación por lo que se requerirá de mano firme e incluir un programa en valores que lleve a  familias y estudiantes a seguir normas sin fomentar la impunidad que es el más grande veneno que se bebe en todos los ámbitos en nuestra nación.

Un país en desorden no podrá ser productivo y rico. La educación se asimila y entra por lo que se vive y se ve. Así que para lograrlo se requerirán maestros que tengan una amplia calidad moral que fue por donde empezaron los países mencionados para lograr dicha distinción y así mismo, regresarle la autoridad a los docentes para conseguir la disciplina tan  necesaria en todo proceso educativo.

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@Saucedodlallata

JJ/I