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Dignidad humana y literatura

La literatura no nos salva de nada, pero hace algo muy importante… hace que nos apoyemos solamente en las patas traseras… Así que cuando leo un buen libro o escucho una gran sinfonía me da dignidad de hombre. Eso hace la literatura… nos proporciona una dignidad que otro modo no tendríamos.
Antonio Lobo Antunes

La literatura retorna reflejos de la dignidad humana a quienes se asoman a ella. ¿Y qué pasa cuando quienes lo hacen, arriban desde la más científica de las humanidades? Me refiero, por supuesto, a la medicina: la combinación es singular y muy fructífera.

Prueba de ello son la pléyade de escritores que la medicina ha dado: Francois Rabelais, Antón Chejov, Mijaíl Bulgákov, Sir Arthur Conan Doyle, Stanislaw Lem, A.J. Cronin, Pío Baroja, Henry Marsh, Antonio Lobo Antunes, Mariano Azuela, Enrique González Martínez y Elías Nandino (estos últimos jaliscienses), por mencionar sólo algunos.

Entre todos ellos, escogí una frase de Antonio Lobo Antunes (médico, psiquiatra y escritor portugués nacido en Lisboa en 1942, Premio FIL 2008 y el escritor vivo más importante de Portugal), porque nos recuerda que la dignidad humana es multidimensional y puede recuperarse y recrearse lo mismo en la literatura que en las artes en general. Y nada más necesario en esta época de estupidez política, de polarización social y de cacofonía mediática, que tomar un remanso literario para recuperar aliento y volver a construir un poco de esperanza.

Richard Selzer, cirujano y escritor norteamericano, se refería a su trabajo como escritor: “…escribo para domesticar mis terrores, para defenderme de la enfermedad y la muerte, para dar nombre al dolor. Escribir es transformar toda mi impotencia y desesperación como cirujano en un acto afirmativo de creación”. Y creo firmemente que esto aplica también para quienes ejercen el privilegio de la lectura.

Juan Antonio Vallejo-Nágera, médico y escritor español, ha definido el acto de escribir como: “…la compensación que el cuerpo y el alma exigen después de diez o catorce horas de tarea”. Y yo agregaría que la lectura es la compensación que el cuerpo, el intelecto y el alma demandan luego de meses de un empobrecido ambiente de discusión pública.

Así que en estas fechas de fiesta literaria y libresca en Guadalajara, gracias a la Feria Internacional del Libro, busquemos un poco de la dignidad que la literatura y las artes siempre nos ofrecen.

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JJ/I