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AMLO contra el neoliberalismo

Los discursos de AMLO tanto en la Cámara de Diputados como en el Zócalo dejaron un gran sabor de boca. Uno de los puntos más trascendentes fue el anuncio de acabar con el periodo neoliberal en México. Sin embargo, su programa de gobierno prácticamente no incluye acciones concretas para alcanzar este propósito. Me explico.

La primera parte de su discurso se enfocó en condenar el modelo económico neoliberal. Su argumento consistió en comparar estadísticas del periodo del desarrollo estabilizador en México ocurrido entre los 40 y los 70, con las del periodo neoliberal vigente desde los 80. Su comparación fue contundente. En tan sólo 10 minutos AMLO demostró cómo el proyecto neoliberal acabó con el dinamismo de la economía mexicana. Como punto culminante de su comparación el presidente anunció el fin del periodo neoliberal en México.

En este punto del discurso me encontraba conmovido. No podía creer lo que escuchaba: un presidente mexicano sumándose a la izquierda progresista latinoamericana. El AMLO precavido y reservado que vimos durante la campaña y la transición se había ido. En su lugar estábamos ante un López Obrador echado para adelante en su agenda progresista. Pensé para mí: si el presidente de verdad está planteando el fin del periodo neoliberal, quizá sí estamos ante la cuarta transformación del país.

Pero mi ilusión se fue diluyendo conforme avanzaba el discurso. La determinación del presidente de acabar con el periodo neoliberal en México no se vio acompañada de políticas específicas para concretarlo. Recordemos que el proyecto neoliberal en México consistió en privatizar las empresas públicas y reducir el papel del Estado en la economía. Durante los 80 privatizamos casi todo: la banca, las telecomunicaciones, los ferrocarriles, la siderúrgica, las aerolíneas, los ingenios, más un largo etcétera. Acabar con nuestro periodo neoliberal implicaría precisamente echar para atrás las reformas neoliberales de los 80. Es decir, que el Estado recupere las industrias que perdió para recobrar su papel en la economía del país.

Ya por la tarde, durante su discurso en el Zócalo, el presidente dio dos pinceladas de lo que sí parecen acciones para acabar con el periodo neoliberal. La primera fue cuando anunció sus planes para el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros, el Bansefi. El presidente anunció que utilizará este banco propiedad del Estado para entregar los apoyos de los programas sociales y para que los connacionales en Estados Unidos envíen sus remesas a México. La segunda fue la creación del sistema alimentario mexicano, una empresa estatal tipo Conasupo o Diconsa que comprará los productos del campo a precios justos y venderá una canasta básica subsidiada para la población más necesitada.

Celebro el anuncio de estas dos acciones que sin duda serán positivas. Sin embargo, también hay que reconocer que son insuficientes para acabar con el proyecto neoliberal. Se puede hacer el argumento de que, ante los escenarios actuales de corrupción, reestablecer las empresas estatales sería como darse un balazo en el pie. El argumento es correcto. Desde esta perspectiva, que el presidente ponga tanto énfasis en su agenda anticorrupción tiene mucho sentido. Primero limpiar la casa para luego sí plantear reformas más progresistas.

No nos queda más que aguardar y otorgarle el beneficio de la duda al nuevo gobierno. Esperemos que una vez que se avance en disminuir la corrupción ahora sí se tomen acciones más progresistas. Si de verdad se desea concluir el periodo neoliberal vigente en México, el gobierno de AMLO tiene que ser aún más ambicioso en devolver al Estado su papel en la economía del país.

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Coordinador del Laboratorio de Innovación Democrática (LID)