Detalle sexual de la labor policial

El presidente ha cambiado el discurso en muchos temas antes, durante y después de las elecciones e incluso ya en el proceso de transición administrativa. La seguridad es uno de ellos.

Las decisiones políticas pueden cambiar, las instituciones pueden cambiar, pero hay aspectos muy puntuales que ya forman parte de los principios del sistema de justicia penal acusatorio, adversarial y oral.

La promesa de sacar al Ejército de las calles se convirtió en algo imposible de cumplir y se optó por la posible creación de una guardia nacional con consulta pendiente.

Sin embargo, las obligaciones de la Policía están ahí y seguirán siendo las mismas, el respeto a los derechos humanos seguirá siendo fundamental aun con las deficiencias que hasta ahora han caracterizado a muchos cuerpos policiales, sobre todo estatales y municipales.

El sistema penal, siempre perfectible, va evolucionando en detalles que lo mejoran constantemente y por ello es necesaria la constante capacitación de las corporaciones dedicadas a la seguridad.

Ha sido publicado un protocolo que aborda un aspecto muy específico de la labor policial: el 22 de noviembre apareció en el Diario Oficial de la Federación un protocolo de actuación de la Policía Federal para los casos que involucren a personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero, transexuales, travestis e intersexuales.

Aunque en principio es un ordenamiento dirigido exclusivamente a la Policía Federal, habrá de servir como modelo para las instituciones municipales y estatales para garantizar un trato digno y un respeto íntegro de los derechos humanos de las personas, sin importar su orientación sexual ni su identidad o expresión de género.

¿Por qué son necesarios unos lineamientos para que los policías observen un comportamiento no discriminatorio y respetuoso de todas las orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género?

Porque no se respetan.

Vivo en una ciudad, Guadalajara y área metropolitana, donde la comunidad LGBTTTI ha logrado conquistar ciertos espacios para sí, para vivir y convivir en paz, pero son sólo algunos espacios y algunos círculos. No tendrían por qué refugiarse en grupos seguros dentro de una comunidad enorme que predominantemente les juzga, sino que tendrían que ser parte integral de esa comunidad sin juicios.

La Policía sigue siendo un entorno hegemónico machista y sexista, si bien con expresiones acotadas a lo personal casi siempre. Es en momentos como los abordados en el protocolo cuando puede mostrar el policía un trato denigrante a una persona LGBTTTI: entrevistas, inspecciones y detenciones.

Y ese solo detalle de faltar al respeto a alguien es causa para que un juez desestime la detención o cualquier otro dato obtenido por el policía sin observancia íntegra de los derechos humanos.

Como protocolo, el documento publicado en el Diario Oficial de la Federación queda muy corto todavía en garantizar su propósito, pero es ya una primera herramienta disponible para los policías federales encaminada a su cumplimiento.

El reto sería para una entidad como Jalisco que replicara ese tipo de regulaciones de acuerdo con las necesidades específicas de nuestra sociedad, pensando en los policías estatales, sea como sea que el próximo gobierno vaya a estructurar sus funciones de seguridad pública.

Y para los municipios sería importante también retomar un enfoque garantista de respeto a los derechos como personas de quienes, por ejemplo y sin ser exhaustivo, tienen una identidad de género distinta al asociado a su sexo de nacimiento.

Siguiendo el ejemplo, si un elemento de la Policía Municipal realiza una inspección inapropiada a una persona con expresión de género e identidad de género femenino, tratándola como a un hombre por corresponder así a la apreciación del policía, y llegase a encontrar algún objeto peligroso, arma o drogas, la legalidad de la detención estaría en riesgo.

El diablo está en los detalles y algo que podría ser nimio para un policía sin capacitación adecuada, como la identidad de género, puede dejar en libertad al sospechoso de un ilícito cuyos derechos no fueron respetados.

@levario_j

JJ/I