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Deconstruir como en un juego de niños

Trabajo. Durante su trayectoria Cobián ha usado en sus piezas basura, antigüedades y elementos varios, algunos de la cultura popular que no son tan conocidos. (Foto: Mónika Pérez Neufeld)

La nueva y más reciente serie del artista plástico Pablo H. Cobián comenzó como una especie de juego para niños: recortar las historias que nos han contado y comenzar unas nuevas. Dejar un espacio vacío y malabarear con las posibilidades, pero también encontrándose en el camino con lo que esas historias nos han contado de nosotros mismos. De eso va El hombre que vendrá.

Este proyecto, creado a través de una beca otorgada por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA) se conforma a través de una serie de experimentos plásticos, lúdicos, en donde Cobián generó varias piezas, entre ellas un tríptico de gran formato, algunos bocetos y esculturas que estarán expuestos en un espacio ubicado en la colonia Moderna a partir de la próxima semana.

Las imágenes nominales de este ejercicio constan de eliminar elementos evidentes en el cómic mexicano de los años 50 y 60, sobre todo del famoso Condorito. La idea es que quitando los diálogos y los personajes principales, lo que queda es la crudeza, incluso la violencia del espacio vacío y de los conceptos subyacentes en el discurso que adoptaron varias generaciones en el país para conformar su identidad.

“Me gusta mucho la estética barata en dos colores y sus tonalidades, me gusta mucho desde que era un niño”, contó en entrevista. “Quería generar otro tipo de narrativa, otro mensaje, al no haber diálogos, ni las letritas de los diálogos, uno puede imaginar lo que sea que esté ocurriendo ahí. Pensar otra cosa totalmente”.

Según el artista la cara de los personajes y los chistes, en apariencia inocentes, aminoran la carga significativa de la imagen. Como buen acumulador, comenzó haciendo pequeños collages, trabajando con recortes y luego con herramientas digitales como el Photoshop.

“En realidad las caricaturas son muy violentas… pero el personaje, la ternura, el que sean animales o figuras amorfas hace que uno piense que son muy tiernas. Detrás hay algo muy fuerte”, dijo. “Estamos hablando de una cosa que queremos ocultar que somos, esa paranoia, esa carga negativa que tenemos oculta suavizándola o haciéndola bonita, con íconos reconocibles”.

Durante su trayectoria Cobián ha usado en sus piezas basura, antigüedades y elementos varios, algunos elementos de la cultura popular que no son tan conocidos, que, a su manera, abordan teorías sobre la significación y la visión del arte como un simple objeto, en temas sobre la construcción de la realidad.

“Hablar de mí no sólo como individuo sino parte de una sociedad, mucha gente como yo construyó su identidad a partir de las mismas imágenes, las mismas cosas. Considero que estoy hablando de algo más general, no tan personal, algo un poco más social”, dijo el artista.

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FRASE

“En realidad las caricaturas son muy violentas… pero el personaje, la ternura, el que sean animales o figuras amorfas hace que uno piense que son muy tiernas. Detrás hay algo muy fuerte”
Felipe H. Cobián, artista plástico

Conócela

Esta exposición está en el nuevo espacio llamado Estudio Mexicaltzingo, ubicado en la calle Mexicaltzingo número 1683 en la colonia Moderna

JJ/I